Capítulo 17: Ange transformé en démon

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Capítulo con contenido sexual, si eres con mente débil y no te gusta leer este tipo, te recomiendo saltarte el capítulo.

Pero si eres de l@s que se quedan, beban mucha agua y busquen ayuda psicológica, por estar pecando o deseando a Caleb y Aurora.

Muy bien ahora sí que empiece.

Bienvenidos al pecado de Caleb y Aurora.

Bienvenidos al pecado de Caleb y Aurora

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Caleb Garnol.

Irme y dejarla después de aquella bomba no fue lo correcto, ahora me doy cuenta de mi error, pero saber que no es mi hermana de sangre, que si la toco como tanto deseo no estaré cometiendo un pecado.

Pero aún así la crié desde que nuestros padres murieron, aún así no deja de ser inmoral, no deja de ser pecado.

—Malédiction .—Mi respiración es un caos.

—¿Señor Garnol? —

—Limpia eso —

Ella asiente se acerca con las cosas de limpia para luego agacharse dejándome ver su trasero, grande, voluptuoso, su piel oscura y esos rizos que le salen de su moño, me acerco a ella lentamente, pero todo me cae como un balde de agua fría cuando sus ojos dan con los míos, no son esos verdes que me vuelven loco, que no me dejan dormir.

Trago saliva sintiendo que el aire me falta, aflojó mi corbata, me alejó acercándome a la ventana, respirando profundo.

Necesito sacarla de mi mente, pero su olor está impregnado en mi alma, su piel tersa me llama a tocarla, deseo saber si su piel quedará roja.

De solo imaginarme a Aurora echada en la cama, con su respiración acelerada, con sus piernas abiertas y su piel roja.

Expuesta para mí y solo para mí.

—¿Señor necesita ayuda? —

Sus manos bajan por mi cuerpo, tanteando, pero antes de que haga su cometido la detengo.

—Comunicame con Dominic —

—Sí señor .—Se aleja de mi cuerpo.

No la necesito a ella, necesito a esa mujer de ojos verdes, de mirada altanera y sonrisa sincera.

Necesito a ese ángel en forma de demonio.

Caleb, primero que nada, Melcion se acercó y cuando me di cuenta estaba encima de Aurora

La sangre me empieza a hervir.

—¿De quoi tu parles? —

Al otro lado de la línea queda en silencio, de solo imaginarme que ese imbécil la tocó.

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