Capítulo 24: Primera Cita: Parte uno.

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Hubo un pequeño cambio de planes en nuestra primera salida, Caleb cambió los planes a último momento porque según él una cena en un restaurante era algo muy “común”

—Nuestra primera cita debe ser algo más único —

Caleb toma mi mano besando el dorso.

—¿Qué tienes en mente? ¿En qué tanto piensa esa mente perversa? —

—Ya lo verás .—Sus ojos brillan con intensidad.

Volteo mi rostro con una pequeña sonrisa, muerdo mis labios, no puedo pasar desapercibido que él dijo cita, tenemos una cita. Respiro profundo para no cometer alguna locura, controlate no puedes brindarle encima y comerte lo a besos ahora mismo, él está manejando.

—Oye .—Lo volteo a ver su rostro se tornó sombrío —¿Conociste a alguien estos días?—

—¿Conocer a alguien? —

—Quiero decir ¿Alguien no se transfirió recientemente a la universidad? —

—Si, un chico.—Lo miró con interrogación.

¿A qué se debe estás preguntas?

—Un chico —

—¿Estás bien? —Esta actitud de Caleb no es nada normal.

—Si .—Me corta, vale esto se está yendo al traste rápidamente—Lo siento mi ange demon, es solo que yo ….—Aprieta su mandíbula—Estoy un poco ansioso —

—¿Seguro? —

—Totalmente preciosa .—Besa el dorso de mi mano y hace un cambio.

No digo nada más, tal vez él y ese tipo se conozcan o tal vez ¿Son celos? Niego rápidamente es imposible, no son celos.

Porque primero no somos nada y nunca lo seremos ante el mundo Caleb y Aurora son hermanos y si se estarán lo de nosotros seremos tildados de muchas cosas, nuestro prestigio puede caer, todo aquello por lo que mis padres, mi familia lucharon puede venirse abajo, que aunque no pertenezco sanguíneamente soy parte de la familia Garnol.

Tragó saliva por un momento, el peso de lo que hacemos agita mi corazón.

Tranquila Aurora.

Llevo mi mirada hacia él, detallo cada parte de rostro, su nariz perfilada, su mandíbula, sus labios, esas pequeñas pecas en su cuello, su cabello negro esparcido, esa camisa negra de cuello de tortuga con su saco negro haciendo un contraste magnífico con su piel blanca.

Vale cada maldita pena, si lo vale.

—¿Tú estás bien? Llevas rato mirándome.—Niego rápidamente.

Le dedicó una sonrisa, Caleb se baja y camina hacia mi puerta abriendola, extiende su mano y la tomo, es tan cálida, me hace sentir en casa.

Toma nuestro equipaje y caminamos hacia él helicóptero que nos espera.

—Buenas noches señores Garnol .—Asiento con una sonrisa hacia Tomas —Señor todo está listo —

—Gracias Tomas .—Caleb le extiende las llaves del auto, nos agachamos un poco para subirnos y rápidamente nos elevamos en el aire.

—Buenas noches Señor Caleb, señorita Aurora .—Él Piloto habla.

—Buenas noches .—Le respondo cuando Caleb termina de arreglarme el casco.

Mi cuerpo vibra al ver el mar debajo nuestro, mi corazón late como loco en mi pecho sonrió emocionada al ver el yate hacerse cada vez mas presente.

El helicóptero poco a poco empieza a descender, esperamos hasta poder bajarnos Caleb toma mi mano y nos alejamos.

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