Capítulo 21: Salida.

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Suspiro con cansancio, estiró mis brazos en la cama sin saber qué hacer.

¿Qué hago? Mis tareas están terminadas, Bia está ocupada hoy con su padre, Caleb no sé donde está.

Estoy aburrida.

—Qué aburrido .—Me quejo nuevamente.

Con pereza en todo mi cuerpo salgo de mi cómoda cama, tengo hambre.

Hoy es domingo y no se que hacer, ¿Salir a fiestas? No, quiero hacer algo diferente, hacer siempre lo mismo cansa. Camino con desgana hacia la cocina buscando algo de comer.

Abro la nevera encontrando pizza congelada, la tomó sacándola, colocándola en un plato y al microondas.

Muerdo mis labios con una pequeña sonrisa, ¿Quién lo diría? Qué las cosas cambiarían tanto entre Caleb y yo, sólo han pasado algunas semanas, pero siento que ha sido una eterna, la etapa donde éramos hermanos se ve ahora tan lejana. Aunque fuera de la casa,de la propiedad, somos hermanos, dos hermanos comunes y corrientes, sin embargo dentro de la casa, solo un hombre y una mujer que sucumben a la tentación, al pecado carnal.

Aunque ahora una pregunta ronda mi mente ¿Hasta cuándo durará todo esto? ¿Hasta que alguno de los dos tenga pareja? Niego ante esa idea, no deseo que otra persona me toque como lo hace él, no deseo que nadie más me bese como lo hace Caleb, no deseo otro cuerpo que no sea el suyo. Pero ¿Y él? Una cosa es lo que yo piense y otra es lo que él piense. Él tendrá a alguien que le guste y querrá estar con ella.

Ahora que lo pienso si hay alguien alrededor de él, alguien muy cercana a él. Dalina Fallown, es una hermosa modelo de piel oscura y cabellos churcos, labios rellenos, piel pulcra, cuerpo esbelto y trasero envidiable. Ella es hermosa y es la única que está cerca de Caleb, él se lo permite. Permite que ella ronde a su alrededor, que lo toque.

—Maldición .—Gruño con fastidio al sentir un sentimiento extraño dentro de mí, el mismo que siento desde niña cuando alguna mujer se le acerca.

No me gusta, porque dan ganas de ver sangre, no me gusta compartir a Caleb, creo que nunca me gustará ¿Cómo lo vamos hacer?

Esto es complicado ahora que soy consciente de que en algún punto de nuestras vidas tendremos a alguien más cerca de nosotros. Al saber que en algún momento tendré que compartirlo. Me niego a compartirlo, no puedo, simplemente me es imposible, él es lo único que me queda y si alguien más solo tiene ¿Qué tendré yo?

Parpadeo cuando la alarma del microondas alberga mis oídos, lamo mis labios y con mis manos temblorosas sacó la pizza y me sirvo refresco, me siento en el taburete intentando comerla.

De pronto ya no tengo apetito.

Aún así me obligo a comerla, mi cuerpo se erguie y siento mis vellos al escuchar la puerta de la casa ser abierta, contengo la respiración al verlo entrar con ella, con Dalina.

Los miró como se ríen entre ellos, como ella le toca el brazo, bebo un poco de refresco apretando el vaso.

—Aurora .—Después de unos largos y eternos segundos Caleb me topa, él se acerca a mí, lleva su mano a mi muslo donde deja una caricia de más, sube su mano, su sonrisa se ensancha al no sentir nada de tela que cubra mi parte íntima, deja un beso en mi frente.

—Te cogeré tanto que mañana no caminaras.—Susurra solo para los dos, se aleja lamiendo sus labios.

—Hola pequeña Aurora .—Dalina se acerca con una sonrisa sincera, me encantaría odiarla, claro que sí, pero no puedo, ella es una latina tan cordial, tan amable que se me es imposible.

Es la única mujer que no odio, la única con la que puedo tener una conversación natural, ella es tan expresiva. De todas las mujeres que Caleb ha traído a la casa ella es la única por la cual siento simpatía.

Deseos ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora