Capítulo 6

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Mi cuerpo se fue moviendo poco a poco y mi mente estaba cobrando sentido de nuevo, miré a los lados y comencé a recordar como hace unos instantes estaba intentando atrapar a lo que parecían unos ladrones en casa.

Cuando mi consciencia volví mi mente comenzó a fabricar un plan para poder salir de este amarre, no podía permanecer más en este lugar, miré al rededor y efectivamente seguí en mi casa; lo supe por un cuadro de mi tía.

Lo único que pensaba ahora mismo es como salir de aquí sin hacer tanto ruido para no llamar la atención de aquellos sujetos, mi mirada se centró en la silla ; era de plástico, no pude hacer otra cosa que reírme, ¿quien coño es tan gilipollas de atar a alguien a una silla de plástico? Con lo fáciles de romper que son...

Acto seguido comencé a balancear mi cuerpo hacia delante y hacia atrás para crear un balancín para así que la silla perdiera su equilibrio y cayera hacia atrás pudiendo romperse, y exactamente eso pasó, pero el problema siguiente era quitarme estas dichosas cuerdas adheridas a mi delicada piel; luché con todas mi fuerzas para poder sentarme en el suelo y tener la facilidad de llegar con mis manos a la cuerda que ataba mis dos pies, solté la cuerda y me levanté despacio para no perder el equilibrio.

Después busqué algo punzante en la habitación, mi mirada se desvió a un cajón que había al lado de un armario.
Una navaja- exclamé con alegría en voz baja- de puta madre.

La agarré como pude y me ayudé de una mesa para sostenerla con mi cuerpo y empecé a cortar la cuerda cautelosamente para no cortarme a mi misma, no era una suicida. Me liberé completamente, la primera fase estaba completada ahora la que venía era poder salir de aquí.

Me acerqué silenciosamente por lo largo de la habitación y extendí mi mando a la puerta, estaba abierta.
¿Estos ladrones de verdad tienen algún tipo de neurona?- bufé.
Abrí la puerta lo más despacio y silenciosamente que pude y cuando conseguí abrirla volví a la mesa para agarrar la navaja, solo por precaución.
Avancé por el pasillo hacia las escaleras para bajar a la cocina, esos extraños seguían ahí; las voces seguían inundando cada rincón de la casa y gracias al eco pude distinguir unas cinco voces que parecían provenir de la cocina.

Mi adrenalina estaba invadiendo cada parte de mi cuerpo pero más el corazón, podría decir que mis latidos se escuchaban sin tener que acercarse a mi piel.

Bajé los pequeños escalones con la guardia alta, una nunca sabe quien pude atacarte, mi respiración comenzó a acelerarse bastante rápido y brusca. Cuando logré bajar las escaleras me arrimé a la pared y giré la cabeza para ver un pequeño espacio de la cocina.

Ahí estaban

Ahí estaban esos cinco hijos de puta que me acaban de joder la noche, pero yo no me iba a quedar quieta, ahora la mala noche la van a pasar ellos.
Suspiré tantas veces que pude y empecé a rezar un padre nuestro, moví mi mano hacia el interruptor de la luz y apreté el botón dejando toda la casa sin luz.

Era mi momento, el momento de dejar en su sitio a esos ladrones que a saber que querían robar.

Agarré la navaja y la sostuve con mi mano, me adentré a la cocina y escuchaba diversos pasos, tenía que defenderme si quería seguir viva por el resto de mis años.

Mis manos comenzaron a rozar a varias personas pero no tenía la habilidad visual de ver en la oscuridad así que decidí dejar la navaja en lo que es la encimera y optar por agarrar una sartén que por lo menos tenía más tamaño y podría llegar a darle a alguien.

Mi habilidad de movimiento era extraordinaria, las peleas en España me habían ayudado a desarrollar esa parte de mi y lograr esquivar un gran mínimo de ataques. Mi oído en esta situación era mi más humilde aliado así que me concentré lo máximo posible para saber donde está el enemigo exactamente.

Mis brazos y mis pies empezaron a coordinarse de manera perfecta y sabía de sobras que esta guerra la iba a ganar yo. Comencé a utilizar mis pies para ayudarme a debilitar a la otra persona y aprovechar la sartén para dejarlos inconscientes, mis nervios y el miedo cada vez iba más en aumento , no sé si había logrado derribar a alguien o si estaba ganando , lo único que sabía era que no me podía dar por vencido.
Después de un rato comencé a agudizar más mi sentido del oído y mi vista se había acostumbrado tanto ala oscuridad que podía detectar ciertos movimientos cerca de mi.

Vi varias manos moverse a mi lado y tuve que deducir en qué lugar se situaba su cabeza y acerté varias veces. Escuché golpes en el suelo, como si se hubieran desplomado algunas personas y mi cara comenzó a formas una ligera sonrisa; Los nervios cada vez iban a mejor y mi seguridad está alcanzando el mejor momento.
Quedaba el último de los cinco chis que habían entrado a mi casa, él era el más hábil y el que más lograba esquivar mis ataques , él no andaba con tonterías; él sabía lo que hacía.

Opté por cambiar de estrategia y en vez de usar la sartén debía usar mi propio cuerpo, si, un combate cuerpo a cuerpo. No estaba dispuesta a que un grupo de gilipollas me pudieran ganar, soy una mujer independiente y fuerte.

Comencé a fabricar una serie de movimientos para efectuarlos en la práctica, recibí varios golpes de parte del extraño pero no ninguno que pudiera acabar conmigo de una.

Empecé a tirar puñetazos en el aire cambiando de lugar con cada uno de ellos, dando todo de mi. Uno de los impactó directamente en la cara de ese ser, lo supe por la forma en la que sentí un crujido en mis nudillos.
Era su nariz, de había roto por completo.

Esto me dio más ventaja para poder derribarlo más fácil porque ese golpe significaba que su consciencia se estaba desvaneciendo más rápido, y pum, otro golpe acertado en su cara. Esta vez creo que conseguí darle en un pómulo.

Sentí como el cuerpo calló rápidamente al suelo y eso solo me podía decir una cosa;
Victoria para mi!
Una mujer ganando a cinco monos en medio de la oscuridad, lo nunca visto.
Me alejé de la cocina para encender rápidamente la luz. Volví a la cocina para ver los cinco cuerpo tirados en el suelo.

Eran cinco chicos, casi de mi misma edad. Dos con cabellos negro y morado, por su parecido pude deducir que eran hermanos o que por lo menos comprarían un mínimo de sangre. Luego vi a un chico de pelo largo que parecía una tía, pero supe que no era por las manos tan grandes que tenía.

Por último los dos chicos que quedaban, uno con unas cicatrices a los lados de su boca y el pelo morado.
Y otro con un tatuaje en la nuca , bajito y con el pelo blanco.
No iba a dejarlos escapar muy fácilmente así que recogí varias sillas de metal, no iba a ser tan gilipollas como ellos, y varias cuerdas que encontré por casa.

Las cinco sillas las puse en un círculo y comencé a colocar cada cuerpo en su respectiva silla, después empecé a sujetarlos en las sillas de forma que sus manos quedasen agarrada a las menos del chico de al lado. Además de eso puse varias cuerdas en las sillas para que no tuvieran la facilidad de derribarlas tan fácilmente.

Una vez acabado este trabajo me senté en el sofá a descansar un poco y comer algo mientras esos cabeza nabo no despertaban.



Gracias por el apoyo y espero que os esté gustando <3

WHITEGIRL // Tn x Bonten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora