Tregua

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A insistencia de ti amiguis, les adelanto la navidad.

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Ice Stars

Capítulo 16.

Tregua.

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Residencia Yamanaka.

—Ino... ¿qué significa esto? —preguntó un gruñón Inoichi, cuyo tic en la ceja se iba intensificando cada vez más por lo que veía.

Frente a él, se encontraba su hija que, después de horas de ausencia, había regresado de lo más normal a la residencia tomada de la mano del joven al que él le prohibió ver.

—Creo que esto es más que obvio. —respondió la patinadora con completa seguridad sin soltar la mano de quien la acompañaba.

—Soy Sai, mucho gusto, señor. Le prometo que voy a cuidar muy bien de su hija. —mencionó el sonriente muchacho haciendo la respectiva reverencia.

—¡Espera! ¿Qué?! —se alteró el padre sonrojándose y casi se lanza hacia el pintor de no ser por su esposa que lo detuvo.

—Hija... ¿quieres explicarnos? —preguntó la mujer confundida.

—Ay, mamá... como digo es bastante obvio, pero si quieren escucharlo está bien: Sai es mi novio.

—¡Pero...

—Y antes de que digas algo, papá. —interrumpió Ino. —Te recuerdo que Sai no tuvo nada que ver en el incidente de Hinata Hyuga, él no tenía velo ni entierro en ese asunto, al igual que yo sólo quiso ayudar esa noche.

—Tal vez actué precipitadamente en esa ocasión. —continuó Sai. —pero realmente me indignó lo que esos tipos estaban haciendo y por supuesto lo que le habían hecho a Ino, por eso cuando iniciaron las peleas no pude evitar entrar en estas.

—Así que no veo el motivo por el cual ensañarse con él, papá... Sai es mi más preciado amigo, bueno, ahora es algo más... yo lo quiero por cómo es y él también por como soy a pesar de todos mis defectos.

Los padres de la joven no cabían de la impresión al escuchar a su hija hablar así, en especial Inoichi, que era quien principalmente veía a la patinadora como una pequeña niña, como su princesita, hasta ese momento no había percibido lo mucho que esta había crecido.

—¿Podrían aceptarlo? —preguntó Ino al ver silenciado a su padre.

—Yo sí. Me alegro por ti hija. —dijo su madre con una sonrisa.

—Gracias mamá... ¿Papá? —preguntó esperanzada.

—¡Arrgghhh! ¡¿Por qué no te quedaste en pañales para toda la vida?! —lloró el hombre.

La rubia sólo alcanzó a reír con tremenda ocurrencia.

—Pero está bien... lo acepto... pero ¡eh! ¡Muchacho! —señaló a Sai —¡¿Cuántos años tienes?!

—Tengo 19, en noviembre cumpliré los 20. —respondió este sonriente.

—¡ESTÁS MUY VIEJO!¡Pervertido, asaltacunas!

—¡Ay, papá! —gritoneó Ino enrojecida. —sólo nos llevamos 3 años y unos meses...

—¡Es mucho!

—Querido, nosotros nos llevamos 5 años. —susurró su mujer nada discreta.

Inoichi entonces se quedó sin palabras y dejó el drama para reír nerviosamente.

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