⋆͙̈ C I N C O ⋆͙̈

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⋆͙̈Xiao Zhan

Regreso a la mesa donde están mis amigos. Todos se quedan callados en cuanto cojo mi lugar y me bebo lo que queda de cerveza en mi botella.

Su silencio solo me dice algo: lo han visto todo.

—¿Se ha ido? —pregunta Gu Jiacheng después de un tiempo en silencio. Yo muevo la cabeza para decir que sí —¿y lo has...? Ya sabes, ¿le has besado? —niego con la cabeza.

Los cuatro se empiezan a reír de mí.

—¿Cuántos... Cuántos intentos llevas?

No respondo. Estos cabrones. Llevan más la cuenta que yo mismo.

Es Chen Zexi quien comienza a nombrar las veces que me he acercado al nuevo. Primero el día que entró, en los baños. La segunda vez cuando le pedí a Yang Zi que lo cambiara a mi área de trabajo. La tercera el día que le ofrecí llevarle a mi trabajo y la cuarta esta noche.

—¡Cuatro intentos! —se burla Peng Chu Yue —¡Joder, tío! ¿Pero qué tiene este que no cae?

—Dignidad —agrega Jiacheng.

Los cuatro vuelven a reír y esta vez chocan sus botellas en el aire. Yo soy el único que se ha quedado completamente serio.

—Ey, pero no seas cruel. No te lo lleves enseguida a la cama, que recién ha obtenido su primer empleo.

—Además es muy bueno trabajando —agrega Chu Yue —pobre de ti si lo despiden.

No lo soporto más. Dejo la botella sobre la mesa y me voy. Bastante cabreado estoy con lo de Wang Yibo como para aún soportar a estos idiotas.

 Bastante cabreado estoy con lo de Wang Yibo como para aún soportar a estos idiotas

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Entro al departamento yéndome casi de lado. Me duele la cabeza a causa del puto golpe que me di al bajar del taxi. Para colmo, estos zapatos nuevos ya me han sacado una lesión en el talón. Me los quito sin mayor esfuerzo y camino hasta el sofá. Me dejo caer ahí.

Mi gata aparece al cabo de dos minutos. Su tono de voz no es amable, por lo que sé que está molesta.

—¿Qué pasa, Jianguo? ¿No te he dejado comida? ¿Es eso? —la gata me responde con otro maullido de queja —no es por la comida, ¿Verdad? ¿Qué sucede?

Jianguo empieza a caminar por mis piernas y se restriega sobre mí. Entonces es cuando capto lo que le sucede.

—¡Estás celosa! —ella me responde con otro maullido. Jianguo es muy, pero muy celosa. Cada vez que tengo una nueva "pareja" ella viene a restregarse en mí. Cómo queriendo sacar el olor de la otra persona —pero si solo he bailado con el chico nuevo —le digo —no tienes por qué tener celos.

Ella se acomoda en mis piernas y empieza a ronronear. La dejo que se quede ahí solo por unos minutos, mientras recuerdo la noche de hoy. Hace mucho tiempo que no salía sólo con mis amigos y debo admitir que fue increíble. Un ratito sólo para chicos. Además, en estos pensamientos también tengo a cierto chico nuevo.

Al Otro Lado Del Cristal | ZhanYiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora