⋆͙̈ Q U I N C E ⋆͙̈

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⋆͙̈Xiao Zhan

Cuando escucho la petición de Wang Yibo, pierdo por completo el apetito y me acerco hacia él.

Caemos sobre la cama, mi cuerpo sobre el suyo, y comienzo a quitar la estorbosa ropa. Wang Yibo tiene sexis lunares por todo el cuerpo. Cuando está completamente desnudo, comienzo a besarlo en cada uno de ellos.

En mi mochila están los condones y lubricantes. Después de iniciar la estimulación de su ano, cojo un condón ultra sensible y el lubricante con sabor fresa. Unto sobre el pene, en mis dedos y dejo correr un chorrito entre sus nalgas. Cuando el aceitoso líquido llega al agujero, Wang Yibo suelta un gemido.

Cojo sus piernas y levanto más el culo, para que llegue a la altura de mi cadera. Antes de penetrarlo, llevo mi boca ahí y lamo un poco. Este aceite, cuando entra en contacto con el calor de la saliva, estimula la piel, así que enseguida Yibo comienza a gemir.

Introduzco mi lengua en esa pequeña cavidad para abrir más paso. Mientras saboreo el delicioso sabor a fresa, me doy cuenta de que es muy pronto para arremeter contra este precioso arillo.

—Hazlo... anda —me pide.

Termino la estimulación y le doy la vuelta nuevamente. Su pene, que es tan grande, rosado y bonito, está bien erguido y cuando lo rozo con el mío, suelta unas gotitas de pre semen.

Froto nuestras extremidades con suavidad al mismo tiempo que me inclino para besar y morder sus pezones.

Lo escucho respirar agitadamente cuando mi lengua contornea la areola. Entonces suelto un pequeño mordisco y luego me coloco de rodillas y sus piernas las dejo flexionadas junto a mis caderas, luego voy penetrando poco a poco mi pene. Me maman los condones ultra sensibles, es como si no trajera nada puesto.

Primero entro despacio, hasta la mitad. Permito que la cavidad se amolde a mi extensión y luego continuo. Necesito más lubricante para poder hacer el vaivén. Derramo otro chorrito e intento salir de él, pero no por completo. Así, con esa misma fuerza, comienzo a moverme dentro de su cuerpo, al mismo tiempo que el comienza a arquear la espalda, en busca de más placer.

Es tan divino.

Me inclino a él para besarlo. Sus deliciosos labios me devoran al mismo tiempo que sus piernas me enredan por completo.

Me encanta. Me encanta Wang Yibo gimiendo sobre mi boca, en mi cuello y cerca del oído. Me encanta que clave sus uñas en mi espalda y que su pene roce contra mi cuerpo.

Después de este calentamiento, y antes de comenzar el climax, me salgo de su cuerpo. Antes de darle la vuelta nuevamente, chupo su pene un par de veces más. Hasta que me llega a la garganta.

Ahora sí, lo pongo en cuatro, con el culo bien parado y esperando placenteramente a que le dé cariño.
Esta vez no hace falta más aceite, ya está estimulado y me es fácil entrar en la primera estocada.

Ambos gemimos con lujuria cuando comienzo a golpear contra su deliciosa próstata con rudeza. Nunca había sentido este deseo animal de querer devorar a alguien. De hacerlo mío.

Yibo comienza a apretar el ano conforme las estocadas son más fuertes. Me inclino hacia él nuevamente para darle besitos y soportar las insaciables ganas que tengo de romperle el culo.

Estamos sudando y nuestros cuerpos se pegan aún más. Sus nalgas ya tienen mis manos marcadas y en su cuello ya he pintado un par más de hematomas. A diferencia de las que él me hizo, estas serán difíciles de ocultar.

Salgo una vez más de su cuerpo. El condón, a pesar de ser resistente, ya necesita cambiarse. Me acomodo esta vez sobre la cama y le digo a él que le toca arriba, el acepta y mientras me pongo el nuevo preservativo, él se lleva los dedos a su propio culo y comienza a penetrarse. Su imagen, tan obscena y sexi, me hacen agua en la boca.

Al Otro Lado Del Cristal | ZhanYiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora