⋆͙̈ D I E C I S I E T E ⋆͙̈

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⋆͙̈Xiao Zhan

Una semana antes de salir de vacaciones, pasan dos cosas. Una de ellas es algo que de verdad, de verdad, no esperaba.

El martes por la mañana llego al trabajo como siempre. Me encuentro a los compis en la entrada y vamos platicando de los planes para la siguiente semana.

Wang Yibo ya está en su lugar. Lo veo cuando voy en el pasillo. Hoy luce una linda camisa a cuadros que le hace ver más guapo de lo que ya es.

Debo haberlo mirando varios segundos, pues Jiacheng me pica las costillas para que avance.

—Más tarde te lo comes, anda —murmura.

Hago como que no lo he escuchado y sigo andando hacia mi lugar.

Me detengo enseguida.

Han colocado una nueva computadora, justo a lado mío.
Será que cambiarán a alguien de sitio, me digo a mí mismo, pues no han habido reclutamientos nuevos, sino hasta enero.

Qué extraño.

Ignoro el hecho y me concentro en buscar los planes de alojamiento para el crucero. Mis compis ya están enterados y todos han dicho que sí, pese a que algunos querían ir de fiesta.

Antes de dar la reservación, todos se quedan callados y yo solo escucho un par de tacones que se acercan a mí. Mejor dicho, al lugar junto a mí.

—Hola, ZhanZhan —dice la voz femenina. Pero no es cualquier voz. Es su voz. Yang Zi —que gusto verte de nuevo.

Me quedo paralizado. ¿Cómo es posible esto?

Yang Zi deja sus cosas en la mesa vacía y pasa por detrás de mí para ocupar su lugar.

Todos, realmente todos, la están mirando.

—¿Y bien? ¿Qué debo hacer primero? —pregunta, muy sonriente.

No creo que esa sonrisa sea de felicidad, más bien es como de burla. Qué sé yo.

Vuelvo la vista hacia el otro lado del cristal. Hacia Wang Yibo. Él ha estado viéndolo todo y tiene en el rostro la misma pregunta qué yo: ¿Qué está pasando aquí?

Yang Zi me vuelve a hablar, pero yo soy incapaz de escucharla. Mi cerebro sólo está pensando en que esto es una jodida trampa de mi padre. Lo sé. Lo sé.

Me pongo de pie, evidenciando mi mal genio ante el suceso. Doy varias zancadas hasta el área de R.R. H.H. ahí, cojo de la mano a Xuan Yi y me la llevo un poco apartada de sus compañeros de oficina.

Creo que ya sabía que vendría, pues antes de que pueda decir algo, ella me dice:

—Ya sé, ya sé... yo sólo he recibido la ordenes.

—Pero cómo... ¿No se supone que hay que hacer un reclutamiento o algo así?

YiYi hace una mueca y luego me explica que mi padre le pidió hacer un contrato búmeran.

—No me dijo el nombre de la persona cuando creé el documento, sólo le entregué el formato a su secretaria. Esta mañana me lo han devuelto, pero ya venía con su nombre y firma.

Se encoge de brazos y me pide una disculpa.

—No importa. Tú no has tenido nada que ver.

Dejo a mi amiga para que siga con sus labores y voy hacia la oficina de mi padre. Está cerrada. Tampoco ha llegado su secretaria.

Ya volveré más tarde.

Con el amargo sabor matutino, vuelvo a mi lugar de trabajo. Tengo que actuar de manera profesional y separar lo personal de mi carrera. Ni modo. Toca hacer las pases con Yang Zi.

Al Otro Lado Del Cristal | ZhanYiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora