⋆͙̈ D I C I S É I S ⋆͙̈

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⋆͙̈Wang Yibo

Picoteo la comida con mis palillos, mientras los muchachos comparten una anécdota divertida del fin de semana. Yo soy el único que se ha quedado callado todo el rato.

Ya lo han notado, porque Seungyoun me pregunta por qué no he dicho nada.

—No hay nada que contar —respondo secamente.

Seguramente creen que sigo molesto por lo de la semana pasada. Quizá sí, un poco. Pero es que en estos momentos ya no sé lo que siento.

Hace tiempo había dicho que lo mío con Mal Augurio sólo sería con fines sexuales. Un polvazo. Después, de la nada, ya somos novios. Su padre no me quiere y estoy seguro de que nos vio en el hotel. Seguramente ya estoy completamente perdido. Además de eso, no he dejado de recrear en mi mente el increíble encuentro con Xiao Zhan. Es como si se hubieran tatuado sus besos y caricias en mi piel.

Suelto un suspiro. Ni siquiera puedo ver a Wang Hedi para contárselo. Él se ha ido con su equipo a un juego de básquet y no volverá hasta dentro de dos semanas.

—BoDi, sabes que nos puedes contar cualquier cosa, ¿Verdad? —me dice Wenhan. Su tono de voz es dulce. Supongo que está más arrepentido que el mismo Yixuan, que ni siquiera me ha dirigido la palabra.

Antes de que pueda decirle algo, miro al frente y me quedo pasmado. ¡Es la amante del señor Xiao!

—¿La conocéis? —pregunto, señalando a la mujer en la mesa solitaria.

El único que me dice algo es Yixuan, cuenta que es la nueva asistente del director.

—No hace había cambiado a la otra. ¿Qué habrá pasado?

Yixuan se encoge de brazos, como diciendo "yo que sé".

Yo sí sé. El señor Xiao se revolcó con esta gata rompe hogares.

¡Qué descaro! ¿Cómo osa traer a su amante al mismo espacio de trabajo con su hijo? Es un descarado.

—Sabéis algo... Si tengo que contaros unas cositas, pero esto sitio no es el adecuado —cierro mi taper y me pongo de pie, sin dejar de fulminar a la rompe hogares —¿Y si vamos a cenar? Conozco un restaurante de ramen que cierra tarde.

Me salgo, a grandes zancadas de ahí. En el camino, me encuentro a Xiao Zhan y sus amigos, pero paso de largo de los cuatro.

Durante el resto de la jornada me dedico a poner atención a los deberes y una reunión exprés con Xiao Zhan, donde anuncia que el proyecto está siendo todo un exito y que, con la velocidad en la que estamos trabajando, es muy problable que recibamos un bono extra por parte de los clientes.

Sin más, la hora de salir llega. Antes de salir y reunirme con los muchachos, paso a los aseos.

Mientras orino en el mingitorio, alguien más entra. Es Xiao Zhan. Revisa primero que no haya nadie más en los cubículos y luego me hace señal de que entre a uno.

Lo que me faltaba, que este cabrón quiera hacerlo aquí. Me subo la bragueta y entro, asegurándome que la puerta esté cerrada y que no haya cámaras que puedan evidenciarnos.

Una vez dentro del cubículo, Xiao Zhan acerca mi cuerpo contra el de él y me pregunta si todo bien.

—¿Por qué habría de hacer algo malo? —pregunto sin rastro alguno de ternura.

Es que claro que hay algo malo, pero no puedo decírselo así a la ligera.

—Te he visto muy serio después de la comida. ¿Qué sucede?

Xiao Zhan acaricia mi mejilla con su mano. El tacto es tan suave, que me dan ganas de ronronear.

No puedo decírselo. No tengo pruebas y lo más seguro es que a quien mande al carajo sea a mí y no a su padre.

Al Otro Lado Del Cristal | ZhanYiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora