Wang Yibo es diseñador. Recién graduado.
Su primer empleo lo obtiene en una importante compañía de marketing donde conocerá gente extraordinaria y divertida, pero también, a Xiao Zhan, el "Mal Augurio" de la oficina.
Dicen que cuando Xiao Zhan fija...
Xiao Zhan se queda mudo durante unos minutos. Creo que la he cagado. Esto no debería hablarse justo después de que toda tu familia lo ha insinuado. Parece más presión social.
—BoDi... ¿Hablas enserio? —Me responde después de un buen rato en silencio. Yo le digo que sí. Ambos tenemos el pulso acelerado y ya no es por la exitación. Es por los nervios.
Xiao Zhan suelta un suspiro y luego me pone contra el colchón. Se sube en mí y se acomoda entre mis piernas.
—Creo que ya hemos superado algunas pruebas en este corto tiempo —le digo. Esta vez me lo quito de encima y ahora él es quien queda contra el colchón. Yo subo a horcajadas sobre él —además... Ya nos hemos escuchado nuestros pedos, ¿Qué otra prueba más quieres?
Nos reímos al mismo tiempo con esto último.
—Te amo, Xiao Zhan. Te amo y no me importa si es muy pronto o no. Ya no quiero a nadie más en mi vida.
—Yo también estoy enamorado de ti, BoDi. Pero creo que eres un tontito —me dice, acariciando mi nariz —desde el momento en el que yo me vine a vivir aquí, nos convertimos en un matrimonio. Uno que vive en casa de los suegros, pero matrimonio al final.
—¿Y crees que estamos bien así?
Esta vez, Xiao Zhan se incorporar un poco, a manera de que ambos estemos sentados en la cama. Pasa una mano por mi espalda desnuda y me dice lentamente:
—BoDi, mi princesa te aceptó como su otro papá. Tus padres me quieren y yo a ellos. Dormimos en la misma habitación, hacemos el amor, nos contamos todo y nos apoyamos el uno al otro. Seguimos teniendo citas y disfrutamos de nuestra juventud. ~Dime, ¿Estas no son cosas que hace un matrimonio?
Me quedo pensando y sí, tiene razón.
—En el trabajo te he anunciado como mi pareja, mi novio o mi esposo. Mi todo —dice con ternura, esta vez me acaricia en la mejilla —¿A caso tú no lo habías pensado así?
La verdad es que no. Para mí Xiao Zhan sigue siendo mi novio. El muchacho con el que vivo. Mi roomie.
Este cabrón, siempre va un paso más adelante que yo. ¡Ni siquiera tengo un anillo que me haga decir "mi prometido"!
—Pero si tú quieres casarte algún día, lo haremos.
Sí. Sí quiero. Pero ya no se lo voy a pedir. Sí Me quiere proponer, tendrá que hacerlo de corazón.
—Está bien —es lo único que respondo. Después me acerco a su boca para besarlo.
Nos fundimos en un nuevo beso cálido y lleno de caricias, mismas que nos abrazan hasta que amanece.
Las siguientes semanas van a ser un poco difíciles. Tan lejos otra vez.
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