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⋆͙̈Wang Yibo

Faltan pocos minutos para las ocho de la mañana. Mi primer día de trabajo y he tenido que llegar una hora antes para saber un poco más de qué va el asunto.

Me gradué en la carrera de diseño gráfico y recién he encontrado trabajo en una agencia de publicidad. Cualquiera diría que es poca cosa, pero yo estoy satisfecho, sabía que no iba a encontrar un trabajo bueno enseguida y que por algo se empieza siempre. Este es ideal.

Mi "jefa" de área es una chica mayor que yo sólo por algunos años. Se llama Yang Zi y tiene un tono de voz un poco irritante, aunque es súper linda.

—Bienvenido, Wang Yibo —me dice amablemente —sígueme.

Caminamos por el patio hasta llegar a unas puertas de cristal con el logotipo de la empresa pegado en ellas.

—Los demás no deben de tardar en llegar. Supongo que ya sabes la hora de la comida, entrada y salida, ¿No es así? —yo digo que sí, mientras la sigo por un estrecho camino de oficinas —ese de ahí es el marcador. Ya tiene tu huella dactilar. Al entrar o salir deberás registrarte.

Yang Zi se detiene y espera a que haga lo que me acaba de decir. Yo, obediente, le hago caso.

—Fantástico. Ahora venga, te llevaré a tu lugar.

Esta vez, Yang Zi da vuelta en un pasillo y entramos al lugar más increíble que haya visto en mi vida: el área de trabajo.

Es un salón enorme dividido con canceles de cristal y con escritorios de una computadora y una silla cada uno. Están pegados unos con otros y los pocos que ya están aquí, están trabajando y platicando cómo les fue el día anterior.

Yang Zi llega casi al final del pasillo, cerca de la oficina que tiene por título «Sala de reunión». Se detiene.

—Este es tu escritorio. La computadora no tiene contraseña y todo lo que necesitas saber está dentro de la única carpeta del ordenador —ella hace una pausa y sonríe —bienvenido, nuevamente.

Muy alegre, se da media vuelta y sale por el mismo pasillo que llegamos. Sus tacones altos resuenan un poco más y luego sólo se escuchan las voces de los demás empleados.

Yo me voy acomodando en mi lugar y saco algunas de las cosas que traje para sentirme cómodo, por ejemplo, un calendario de escritorio, plumas, lápices y borradores.

Frente a mí hay un cancel de cristal que me permite ver a los colegas de la otra área. Que incómodo, me verán trabajar y yo los veré a ellos. Quizá después ponga algo para no verlos.

—Hola, debes ser el nuevo —me dice un chico de repente. Me giro a verlo y éste me sonríe —Li Wenhan, ¿Qué tal?

—Wang Yibo, hola.

Wenhan se sienta junto a mí y seguido de él, aparece otro chico con el cabello cobrizo, él se sienta del otro lado y se presenta muy amable:

—Zhou Yixuan, Bienvenido.

Les hago un inclinamiento de cabeza y sigo en mi función de encender la computadora. La mía no quiere encender.

—Seguro está mal conectado —dice Wenhan.  Ahora se ha puesto unos lentes y revisa la conexión debajo de nuestros pies —sí, ahí. Perdón, no alcanzo, si no, lo haría yo.

—No importa.

Me meto debajo del escritorio para alcanzar la conexión y enchufarla, luego vuelvo a mi posición de antes y busco el botón de encendido detrás de la pantalla.

Cuando logro mi objetivo, levanto un poco la mirada a los chicos recién llegados del otro lado del cristal. Son cinco y van en fila india, acomodándose para ocupar sus lugares.

Al Otro Lado Del Cristal | ZhanYiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora