Capítulo 11:

496 87 10
                                    





    


♡⊹ SEXUAL TREATAMENT. ⊹♡


Amy.

El dolor de cabeza me despierta primero. Me siento aturdida, el mundo dando vueltas a mi alrededor mientras trato de enfocar la vista. Estoy desnuda, la piel me arde, y me siento pegajosa, como si cada poro de mi cuerpo estuviera cubierto de la jodida esencia de anoche. Un mareo me atraviesa cuando trato de moverme, y un peso cálido en mi trasero me impide levantarme.

De un salto, me volteo, mi corazón late con fuerza.

Ahí está. Matteo.

Durmiendo a mi lado, su respiración profunda y lenta. Su espalda está expuesta, cada músculo tenso y marcado por tatuajes que cubren la mayor parte de su piel. Su piel es clara, pero rota por cicatrices antiguas. En el hombro izquierdo tiene una marca profunda, la cicatriz de una navaja, recuerdo de una pelea en su juventud que casi lo mata. Más abajo, en su cadera, hay otra cicatriz en forma de línea curva, el resultado de un disparo. Hay otras más pequeñas, marcas que he visto antes pero que nunca he preguntado de dónde vienen, y por encima de todo eso, su piel está cubierta de tinta.

Los tatuajes que recorren su espalda son oscuros, imponentes. Un lobo con los ojos feroces y rojos está tallado entre sus omóplatos, y las ramas de un árbol muerto recorren su columna vertebral, cada rama enredándose con símbolos que no alcanzo a entender, pero que siempre me han atraído.

Es como si su cuerpo contara una historia, una historia que nunca he querido escuchar más allá de lo que sé. Y ahora lo veo, desnudo, como si fuera una obra de arte maldita y peligrosa.

No puedo evitar fijarme en las marcas en su piel, marcas que sé que yo le dejé. Mis uñas, mi boca. El resultado del sexo violento y hambriento de anoche. Tengo las mismas marcas en mis muslos, en mi cuello, en mis pechos. Recuerdos de cómo él me follo, de cómo yo lo dejé follarme.

La habitación... Joder, la reconozco. Es la suya.

Estamos en du penthouse. ¿Cómo llegué aquí? Todo es un maldito borrón. Lo último que recuerdo es estar en el club, bailando, sintiendo sus manos por todo mi cuerpo. ¿Cómo pasamos de allí a su cama?

Sus dedos aún están en mi trasero, como si no hubiera tenido suficiente de mí ni siquiera en sueños. Con cuidado, deslizo su mano lejos de mí. Lo hago lentamente, como si fuera una bomba que pudiera explotar si hago un mal movimiento. Su polla sigue recta, incluso mientras duerme, su dureza palpable contra las sábanas arrugadas.

Mi cuerpo reacciona, pero lo ignoro. No puedo permitirme perder la cabeza de nuevo.

Me pongo de pie, tambaleante. Me duelen las piernas, y el maldito eco de lo que hizo anoche sigue presente en cada paso que doy. Me penetró de todas las malditas formas posibles. En el club, me llevó a su auto, donde no dejó de tocarme durante todo el camino aquí. Una vez en su penthouse, me tiró sobre la cama como si no fuera nada más que un maldito juguete para él. Me folló contra el espejo, contra las ventanas, me hizo arrodillarme mientras él se hundía en mí una y otra vez. Cada maldita posición, cada maldita embestida me dejó marcada. Y ahora lo siento. Lo siento en mis músculos, en mis huesos, en mi vagina y ano.

Mi vestido está en una esquina, arrugado y hecho un desastre. Lo recojo, intentando ponérmelo de la manera más digna posible, pero apenas si cubre mis pechos, que están hinchados y sensibles al tacto. Mis tacones están esparcidos, pero los encuentro y me los pongo de nuevo, aunque apenas puedo caminar con ellos después de lo que Matteo me hizo.

Abro la puerta lentamente, intentando no hacer ruido. Mi cabello está un desastre, revuelto por los dedos de Matteo. El maquillaje corrido, probablemente parezco un desastre andante. Pero no me importa, solo necesito salir de aquí antes de que despierte.

𝐓𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐚𝐬 [+𝟐𝟏, 𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐀𝐋, 𝐑𝐄 𝐒𝐔𝐁𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora