Capítulo 23:

452 49 6
                                    






   
˚· .  INFERNO IN CHELSEA. ˚ · .







Amy.

Recibo un mensaje de Adrien en mi teléfono mientras me preparo para salir del apartamento. Lo abro y sonrío al ver su nombre.

"Fresita, Andrew ya salió del hospital. Todo bien."

Suelto una risa silenciosa y le respondo rápidamente: "Gracias, idiota. Me alegra saberlo. Nos vemos pronto."

Matteo ya ha encendido el motor del Ferrari y me llama con impaciencia.

—Teniente Cooper, vamos. No tenemos todo el día —me dice, su tono frío y autoritario.

Subo acomodándome en el asiento mientras Matteo arranca con fuerza, acelerando hacia Blackgate. El coche se desliza por las calles de Londres, y él marca un número en el tablero, haciendo que el altavoz resuene en el interior del coche.

—Teniente Lewis, informe de situación —ordena, su mano descansando en mi muslo, un gesto posesivo que me hace morderme el labio y sonreír.

—Coronel, estamos asegurando los perímetros. La Yakuza está contenida, pero necesitamos refuerzos en la entrada sur —responde Miles, su voz firme y profesional.

—Entendido. Llegamos en cinco —responde antes de colgar, manteniendo su mano en mi muslo.

Suspiro, mirando las calles pasar rápidamente. La adrenalina se mezcla con el deseo mientras me mantengo en silencio, escuchando las órdenes que Matteo da. Finalmente, llegamos a la prisión de Blackgate, y Matteo se estaciona con precisión.

Antes de que pueda abrir la puerta, me agarra de la nuca y me acerca a él.

—No olvides quién manda aquí, Cooper —susurra, sus labios cerca de los míos.

Río y trato de alejarme, pero él me agarra del cabello y me besa con fuerza, su lengua explorando mi boca. Le sigo el beso, sintiendo la intensidad de su deseo mezclado con la urgencia de la operación.

—Vamos, tenemos trabajo que hacer —digo, guiñándole un ojo mientras salgo del coche.

Los guardias nos saludan al entrar, levantando sus manos en un saludo militar.

—Teniente Cooper, Coronel Caruso, bienvenidos —dice uno de ellos, su tono respetuoso.

—Gracias, sargento Anderson. ¿Cuál es el estado actual? —respondo, manteniendo la profesionalidad.

Matteo asiente a los guardias, su expresión impasible mientras caminamos por los pasillos de la prisión. El lugar está tenso, los guardias armados hasta los dientes y las alarmas resonando en la distancia.

—Estamos asegurando las celdas de los prisioneros de alto riesgo. La entrada sur es nuestra principal preocupación —responde Anderson.

—Coronel, necesito que te encargues de la entrada sur. Yo aseguraré las celdas del ala oeste —digo, asumiendo mi papel.

—No te metas en problemas, Teniente.

Nos separamos, y me dirijo al ala oeste con determinación. Mi mente está enfocada en la misión, pero no puedo evitar recordar el beso de Matteo y la forma en que su mano había apretado mi muslo.

«Enfoque, Amy. Esto es serio», me digo a mí misma, ajustando mi rifle y asegurándome de que mi equipo esté listo.

Al llegar al ala oeste, encuentro a varios guardias luchando con prisioneros que intentan escapar. Disparo con precisión, derribando a los prisioneros uno a uno. La situación es caótica, pero mantengo la calma, moviéndome con precisión.

𝐓𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐚𝐬 [+𝟐𝟏, 𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐀𝐋, 𝐑𝐄 𝐒𝐔𝐁𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora