Recorrió toda la ruta, el chofer fue quien le dijo que más adelante sería la última parada y el se bajo diciendo gracias.
No sabía donde estaba.
Pero no quería volver a casa de su amigo, no tenía pila y tampoco quería llamar.
El no se enfrentaría a la realidad aún.Se la pasó bagando por las calles bien iluminadas.
Estaba hecho un desastre y seguro pensaban que estaba loco.
Se detuvo al borde de un lago.
Estaba en un parque, aún había gente rondando.
Muchas parejas abrazadas.¿Que podía hacer?
Sentía un remolino dentro de su cuerpo.
Tantos errores que ahora se resaltaban.
El ya no se sentía bien.Entro en la cabina telefónica más cercana.
Y marco un número, fue la costumbre.
Al segundo tono alguien respondió.-¿halo?- era una voz joven, había música suave de fondo.
una voz más grave preguntó quien era, la primera voz le hizo la misma pregunta.
-¿esto es una broma?- Checo colgó tan rápido como pudo.Landó estaba en su casa.
~no es tuya... ya no realmente nunca lo fue~¿Por que lo había hecho?
Tal vez solo para recordarse lo malo que estaba todo.
Para darse valor.Descolgó el teléfono y marcó otro número.
-¿Christian?- pregunto dándose cuenta demasiado tarde de la informalidad en su saludo.
Aunque del otro lado le contestarán con un si.
-discúlpame soy Sergio- su jefe pregunto si todo estaba bien o si necesitaba algo.
El negó repetidas veces con vos triste.
-se que aún faltan dos días para salir de vacaciones, pero enserio necesito salir hoy- su voz estaba cubierta de pena.
Era de los más nuevos y ahí estaba pidiendo favores.Christian se quedó en silencio y preguntó de nuevo si todo estaba bien.
Checo respondió como pudo.
-no hay problema, Sergio nos vemos en un mes- le dijo por fin y el castaño agradeció.No sabía si llamar al otro teléfono o ir directamente a su casa.
Aún se sentía como un cobarde, pero era verdad que a ellos les debía mucho más que una llamada.
Colgó el teléfono y salió.Eran pasadas de las nueve de la noche.
¿Donde encontraría un pay de melocotones?
Pasó a dos pastelerías cercanas y nada fue en una tienda de por venir donde encontró uno aunque no de melocotones.
Duraznos, la presentación era bonita y la dependienta le dijo que su sabor no lo defraudaría.
Así que lo pago y busco un taxi.
Tendría que ahorrar y comprar su propio coche.El edificio se also imponente y luminoso.
Todo una obra de arte.
Sabía que Yuki estaría con Charles, algo se lo decía y que en el estacionamiento estuviera su Jeep se lo confirmó.
Apretó el botón del penthouse y después puso el código de acceso.No había música de espera y aquello lo inquietaba mucho más, por que sin ruido sus pensamientos flotaban desbocados por todo el lugar.
Las puertas se abrieron después de casi diez minutos.Ahí estaba tal como lo había pensado.
En la pequeña sala que recibía a quien dejara el elevador.
Charles colgó la llamada que estaba haciendo y se acercó a él.
Yuki se levantó de un salto dejando el refugio que Pierre le ofrecía.Sergio also el pay.
-no conseguí el de melocotones pero si uno de duraznos--¿que sucedió?- pregunto Leclerc.
Los ojos de Checo aún estaban rojos, como su nariz y todo el parecía un desastre.
Yuki fue el primero en abrazarlo.-se escuchó que estaban discutiendo- declaró sin más, Sergio estaba rígido en su lugar.
Correspondió el abrazo antes de que el más bajo se alejara por completo.-el fue a mi trabajo- se animó a decir atrayendo más al japonés.
Vio a Charles a prestar lo puños.
-forcejeamos un poco... dijo que quería hablar... darme una explicación, yo... solo quiero que se valla-
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Me dejaste ir
Fiksi PenggemarSergio sabe que es un hombre listo a pesar de que no a tomado las mejores decisiones. Una de ellas es el hecho de que soportara estar bajo el yugo de una relación que le robaba el brillo, su felicidad. Se quedó por amor con un hombre que rompió todo...