Sucursal Infernal: Edificio 030825 (Hyunlix)

Un día con Papá Jinnie

Era viernes y Félix tuvo que salir de emergencia porque Jeongin estaba teniendo problemas con algunos pedidos importantes en la cafetería.

Dado que, tanto sus hermanos, como sus cuñados se encontraban en sus respectivos trabajos —Jaemin incluido, que optó por llevarse a su nuevo sobrino a la guardería en la que trabajaba— Félix no tuvo otra opción más que pedirle a Hyunjin que se quedara durante algunas horas con Minho mientras que él iba con Jeongin.

Apenado porque ese era el día libre de su novio, Félix se levantó sumamente temprano para dejarles el desayuno y el almuerzo preparado. Así, solo tendrían que calentar los alimentos en el microondas a la hora de comer y las posibilidades de regresar a un apartamento en llamas se reducirían en un 50%.

Félix dejó una nota pegada a la nevera y después de darles un beso, tanto a su autoproclamado novio —título con el que él estaba más que de acuerdo— como a su hijo, abandonó el apartamento con una sonrisa en sus labios al dejarles dormitando acurrucados uno contra el otro.

Era una costumbre que ambos habían adoptado desde que Minho había empezado a colarse en medio de los dos cada vez que iban a dormir y se peleaban las sábanas en medio de sus sueños.

Algunas horas después, cerca del mediodía para ser honestos, Hyunjin se despertó debido al calor que empezaba a apoderarse de la habitación, sintiendo un pequeño bulto sobre su pecho e identificándolo como Minho, quien seguramente había trepado sobre él al no estar Félix en la cama.

Con pereza, se puso de pie y se dirigió a la cocina, pensando en qué podría preparar para desayunar que no exigiera demasiada destreza culinaria de su parte, la cual era casi inexistente, por cierto, llevándose la grata sorpresa de que novio había sido un solecito como siempre y les había dejado comida preparada.

—Tío Haechan tenía razón, la inhalación constante de humo produce demencia. —Hyunjin dio un respingo cuando escuchó la voz infantil de Minho en la cocina, el niño le observaba con un puchero en los labios mientras tomaba asiento sobre la mesa del desayunador.

—Creo que deberías de dejar de creer todas las cosas que te dice tu Tío Haechan, no siempre son ciertas...— aconsejó Hyunjin con una sonrisa, mientras le acercaba un plato con estampado de gatitos repleto de ensalada de frutas y yogurt, acompañado por tostadas y jugo.

—Si crees que Tío Haechan es un mentiroso, espera a que conozcas al abuelo.

—¿Qué sucede con tu abuelo? —preguntó Hyunjin curioso, tomando asiento junto al niño para desayunar también.

—La abuela Seulgi me contó que el abuelo Donghae era tan pero tan mentiroso, que cuando le pidió matrimonio en medio de la función de un circo, ella le dio una golpiza con un paraguas que le robó a uno de los payasos pensando que se trataba de otra de sus bromas.

La expresión de horror e incredulidad en el rostro de Hyunjin era digna de una postal. ¿Una proposición de matrimonio en medio de un circo y que terminó en una pelea? Si, suena a algo muy de los Lee.