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El Gen Lee

Hyunjin no tenía la menor idea de qué sentir mientras viajaban a una velocidad adecuada hacia la casa de los padres de Félix. Minho se encontraba emocionado por la idea de visitar a sus abuelos y almorzar con ellos en compañía de sus padres. Félix mantenía una sonrisa de orgullo en su rostro, emocionado porque al fin sus padres conocerían al novio del que tanto les había hablado.

Dado que ninguno de sus cuñados ni sus parejas podrían asistir al almuerzo que Félix había organizado para presentar oficialmente a Hyunjin debido a compromisos de trabajo y el proceso de adopción de Jisung que avanzaba con buen ritmo, Jaemin y Mark pensaron que sería una buena idea el compartirle sus propias experiencias con los padres de los hermanos Lee.

Sinceramente, Hyunjin no sabía cual de las dos historias le daba más terror/vergüenza.

Es decir, Haechan y Mark se habían conocido en la corte, cuando Haechan había recibido una demanda por estafa y Mark había sido el abogado representante del demandante, un hombre al que Haechan le había sacado una exorbitante cantidad de dinero en una de las tantas fiestas a las que asistía en ese entonces.

Cabe mencionar que la única razón por la que Haechan logró salirse con la suya fue porque coqueteó hasta el cansancio con Mark e incluso le hizo una discreta, pero muy indecente propuesta, si es que le dejaba salir de semejante aprieto sin la menor consecuencia.

Mark le confesó que solo le siguió la corriente porque sabía que su cliente era un estúpido homosexual de closet que disfrutaba aprovecharse de jovencitos y porque consideraba que ya era tiempo de que alguien le devolviera el golpe. El sexo en el baño durante un interrogatorio preliminar en la etapa de investigación no tuvo nada que ver.

Absolutamente.

Entonces, cuando se hicieron novios y Haechan llevó a Mark a conocer a sus padres, se encontró conque Donghae tenía un espacio para lanzar dardos con una foto suya que había robado de sus redes sociales personales en el centro. Descargaba su furia con ella cada vez que recordaba que el dinero destinado a su viaje en crucero por el Caribe por su vigésimo aniversario de matrimonio había terminado siendo destinado al pago de los honorarios del abogado defensor de Haechan.

La historia de Jeno y Jaemin era igual de desastrosa. Donghae y Seulgi habían pegado el grito al cielo cuando se enteraron de que el mayor de sus hijos se dedicaba a una versión más moderna y contractual de la profesión más antigua de la humanidad.

Todos los amigos y familiares cercanos de los Lee recuerdan aquellos días como los tiempos de prostituto premium de Jeno.

"Al menos es listo y le saca buen provecho a su belleza", había dicho Seulgi cuando logró procesar la información y evitó que su propio esposo se inscribiera en el sitio web de la agencia con la tonta excusa de comprarle la cocina de ensueño que siempre quiso tener desde que era una niña y se enamoró de la gastronomía.