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— Y...¿A dónde iremos? — Pregunta en cuanto salimos de su casa.

Busco mi celular para ver la hora y noto que recién es mediodía. El sol está radiante en su punto más alto y penetrante del día. Siento el calor recorrer todo mi cuerpo. Agh, lo detesto.

— Pues a decir verdad, con este solazo provoca ir a la playa... Aunque lavar la ropa suena mejor. — Me quejo un poco y ella me mira con los ojos muy abiertos.

— ¿Acaso no te gusta la playa? — Pregunta muy perpleja.

— No me gusta el sol, la arena es muy incómoda, ver a personas mostrando tanta carne tampoco es que me guste mucho... — Recuerdo a personas con trajes de baño muy diminutos, a hombres con tanto pelo que me hacen dudar si son personas u hombres lobo, mujeres las cuales admiro por tener el autoestima suficiente y la confianza en si mismas para mostrar con orgullos sus estrías o celulitis. Yo apenas me baño en short y la parte de arriba del vestido de baño y aún así, me incómoda mucho. — No, definitivamente no me gusta la playa. — Ella suelta una pequeña risa.

— ¡De lo que te pierdes!

— Claro. — Bufo con ironía.

No tengo duda de que Rey sea una de las típicas chicas que aman la playa y disfrutan del calor del sol, estoy segura de que incluso es de las chicas que tiene confianza en su cuerpo y no duda en mostrarle al mundo las preciosas curvas de su figura. Ah, otra cosa que no me gusta de las playas es que terminó volviendo de ella con menos autoestima que antes.

Lo bueno es que no voy tan seguido.

Vamos de camino a la estación de trenes, ya que el parque de diversiones al que queremos ir está algo lejos, y bueno, no tenemos auto, es lo triste de ser pobres.

Vamos hablando de temas triviales durante el camino, ella a pesar de todo no luce tan decaída como creí que estaría, es muy buena escondiendo sus sentimientos.

Pasan alrededor de 30 minutos cuando llegamos a la estación -de nuestro destino- y cuando bajamos, ella no tarda en reflejar la confusión en su rostro.

— ¿A dónde me llevas?

¿Debería decirle de una vez o solo ignorarla y llevarla hasta allí? Es muy probable que ya tenga una idea muy clara pero espera a que yo misma se lo diga. Por fortuna logro ver a Jihoon moviendo frenéticamente su brazo en el aire, llamando nuestra atención. Rápidamente tomo a Rey del brazo y vamos hasta donde se encuentran los chicos.

Al llegar a ellos, nos saludamos mutuamente con una leve reverencia.

— Aún faltan Junkyu y Hyesun, tuvieron un pequeño percance. — Avisa Doyoung.

Rey nos ve a todos muy curiosa, estoy segura de que su mente ya ha empezado a maquinar todo y solo es cuestión de tiempo para que pregunte. Por otro lado, Doyoung y Jihoon se sumergen en una conversación, intento prestarles atención pero mi mente divaga.

Miro a la gente a mi alrededor, estudio el lugar en el que estamos; la salida de la estación de tren se encuentra bastante limpia, hay unas cuantas señoras de limpieza sentadas en los bancos tomando su almuerzo para luego retomar su trabajo, los niños tomados de las manos de sus padres, sonrío ante lo último recordando y añorando esos momentos de mi niñez junto a mis padres; cuando estos aún se amaban y hacían lo posible por mi bienestar, recuerdo lo consentida que solía ser y lo mucho que anhelaba tener un hermanito, lamentablemente mis padres se separaron alegando que el amor entre ellos se había terminado, cuando y aún era muy pequeña para siquiera saber cómo podía ser eso posible.

Hasta, más o menos la edad de doce años, creí que el amor era interminable, que una vez que logras amar a alguien es imposible que ésto se agote y que, de ser así, este duraría mucho más. A mí se me hizo tan corto el tiempo en qué ellos decían amarse, simplemente no lo entendía...Hasta unos años después.

Don't Be A Fool [Park Jihoon - Treasure]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora