•Capitulo 9: Felix

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¿Porno? Traté de no verme más alarmado de lo que ya estaba. Pero me quedé mirando hacia la puerta que llevaba a la sala, y fue cuando el hombre de la película dijo: ―¿Te gusta esto en tu pequeño y apretado culo?

―Sí, papi ―fue la respuesta.

Dios mío. No podía mirar a Hyunjin, así que miré de reojo la almohada donde había escondido su arma. Si pudiera tomarla, tal vez podría detener a Hyunjin mientras escapaba. Pero luego tendría que pasar a Seungmin. Sin mencionar que no estaba del todo seguro que Hyunjin se detendría solo porque le apuntara con el arma.

No le dispararía, pero él no lo sabía. ¿O sí? De cualquier manera, tendría a un furioso asesino en mis manos. No podría arriesgarme.

―¡Seungmin, mantenlo bajo! — Hyunjin apartó las cobijas y entró a la cama. Se recostó en ella sin dejar de observarme.

―Lo siento. ―El sonido bajó―. Pero deberías de verle el trasero. Son como dos pavos rellenos a la perfección.

―Métete. ―Hyunjin movió las cobijas del otro lado, mientras su brazo cubría mi almohada.

Un escalofrío no deseado recorrió mi cuerpo mientras lo miraba, un hombre hermoso invitándome a meterme en su cama. Pero era mucho más que un simple postre en el aparador. Era un asesino. E incluso, aunque hubiera sido gentil conmigo, la necesidad de escapar era todavía mi prioridad.

―¿No tienes una habitación para invitados?

―La tengo, pero tú no te quedarás ahí. ―Colocó la mano derecha detrás de su cabeza―. No voy a follarte... ―Frunció el ceño y luego continuó―: Quiero decir, no lo haré a menos que lo pidas amablemente. Solo necesito saber que estás cerca, que estás seguro. De eso se trata. ―Para probarlo, bajó la sábana y colocó su brazo izquierdo bajo su cabeza. Su pecho estaba a la vista, pero la cobija lo cubría a partir del estómago.

Tragué con fuerza.

―No he dormido con alguien en un largo tiempo.

Contuvo la respiración mientras le daba un vistazo a mi cuerpo antes de regresar a mi rostro.

―¿Por qué no?

―No estoy hablando de sexo. ―Eso tampoco lo había hecho, pero no era lo que quería decir―. Tengo pesadillas algunas veces, y pueden ser bastante feas. Algunas veces despierto gritando. Y eso suele ser un problema.

―No importa. Entra ya.

¿Eso estaba sucediendo realmente?

—No creo que…

Su voz se endureció.

―O te metes o te meto yo. Esas son tus opciones.

Tomé fuertemente la colcha, jugando con la esquina. Él no cambiaría de opinión, y sabía que si no hacía lo que pedía cumpliría con su amenaza. Me senté y coloqué las piernas bajo las cobijas. Recostándome en la orilla de la cama, dándole la espalda.

Suspiró profundamente.

―¿Con qué sueñas?

―¿Perdón?

―Dijiste que tienes pesadillas. ¿Qué te asusta tanto en tus sueños?

El fantasma de Sunho, una cruel sonrisa grabada por siempre en su rostro, apareciendo en todos los rincones de mi mente. Nunca hablaba de Sunho por miedo a que con simplemente nombrarlo pudiera traerlo de regreso de la tumba. En lugar de decirle la verdad, mentí: ―Nada en específico.

―Claro. ―El sarcasmo salió de sus labios.

―¿Cuándo me dejarás ir? ―Recorrí la funda de mi almohada con mi dedo.

The Protector // Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora