•Capitulo 13: Felix

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Hyunjin desapareció dentro de la oscura escalera.

―Joder. ―Seungmin pellizcó el puente de su nariz―. Esto es una mierda.

Un ruido sordo y el quejido de astillas de madera perforaron el aire. Era Hyunjin haciendo su camino hacia el techo. Miré a la puerta, como si Hyunjin estuviera dispuesto a reaparecer y llegar con algún otro plan.

―¿Qué vamos a hacer? ―Otra bala golpeó la pared, enviando una pequeña pluma de polvo blanco.

―Vamos a hacer lo que él dijo.

―Pero él morirá. ―Mi mente giró con el dolor que el pensamiento causó. No lo conocía. Realmente no. Sólo se que era un asesino. Pero eso no era completamente cierto. También me había salvado de Jeon cuando pudo haberme dejado allí.

―No lo anules tan rápido ―Agarró la manilla de la puerta trasera―. Es bastante escurridizo.

Un disparo silencioso y un grito, sonó desde la calle. Seungmin giró su cabeza y los dos miramos fijamente la puerta de la tienda. Después de unos momentos de tenso silencio, me di cuenta que el tiroteo se había detenido.

―Alcanzó al tipo de en frente―Seungmin se giró de nuevo a la puerta―. Bueno. Cuando abra esto, te conviertes en mi sombra. Quédate conmigo. Permanece conmigo. ―Agarró mi mano y me acercó―. Así.

―De acuerdo.

―Si caigo, coge las llaves de mi mano y sal corriendo de aquí. No pares hasta que oigas el océano. ¿Comprendes?

Asentí, mi cuerpo estaba enfriándose y mi mente corriendo demasiado rápido para captar cualquier pensamiento.

―Si el coche está donde dijo Hyunjin, corre como un rayo. ―Esperó, su cuerpo entero irradiaba tensión.

Diferentes sonidos de disparos puntuaban el silencio.

―Esa es nuestra señal. ―Abrió la puerta y entró corriendo en el callejón. Lo seguí tan de cerca como pude. ―¡Mierda! El coche no esta. ―Giró a la derecha y me atrajo detrás de él.

Más disparos sonaron, algunos de un arma más fuerte que fueron entremezclados con los disparos más silenciosos.

Derrapé sobre un trozo de hielo, pero Seungmin mantuvo un agarre de hierro en mi mano mientras corríamos, nuestros pasos resonaban entre los edificios. Unos pocos autos salpicaban el callejón junto con contenedores y cubos de basura. Una ventana de autos a mi derecha explotó, y Seungmin me apuró detrás del contenedor de basura más cercano.

Escudriñó el callejón delante de nosotros antes de retroceder conmigo.

―¿Quién es el dueño de estos autos? ―Agitó su pistola contra el todoterreno negro que cruzaba el callejón.

Mi corazón golpeó mi pecho, y el aire helado me quemó los pulmones.

―De quien sea estos negocios. Ese negro es de la esposa del señor Kim.

―¿Dónde está su puerta trasera?

―Dos puertas abajo.

―¿Bloqueada?

―No lo sé. ―Salté cuando un sonido metálico sonó detrás de mí. Alguien había disparado al basurero―. Probablemente.

―Tenemos que movernos. ―Levantó la pistola por encima del oxidado metal azul y disparó tres veces, luego me empujó hacia la puerta trasera de la tintorería.

Seungmin probó la manija, pero no giró.

―Mierda. ―Me empujó detrás de un contenedor de basura gris y se levantó de nuevo para patear la puerta. Estaba hecho de metal grueso. Conociendo a la esposa de Kim, probablemente estaba atornillada de tres maneras diferentes en el interior.

The Protector // Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora