•Capitulo 12: Hyunjin

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Otra bala golpeó la pared y San no estaría muy lejos. Había tirado a Felix al suelo, presionando su cálido cuerpo contra el mío. Su esencia fluía a mi alrededor, dulce, floral y completamente en desacuerdo con la lluvia de disparos.

Miré sus ojos con fijeza.

―Haz exactamente lo que diga.

Hizo una mueca cuando otra bala golpeó la pared de yeso.

―¿Quién mierda es? ―Seungmin gateó hacia la puerta trasera y palmeó su arma.

―San.

Me echó un vistazo y el color fue drenándose de su rostro.

―¿Te estás burlando de mí?

―Ojalá. ―Rodé, poniendo a Felix encima de mí y lejos del disparo claro por la ventana delantera. Su pecho se presiono contra el mío y su respiración salió en jadeos superficiales―. Respira, Felix. Estás a salvo siempre y cuando estés conmigo. ―Mi ira por el truco de las tijeras murió cuando vi su miedo.

Se aferró con fuerza a mi chaqueta. Si no se calmaba, iba a hiperventilar.

―Felix, escucha. Respira. Inhala despacio, exhala despacio. ―Pasé mi palma por su espalda―. Sígueme. ―Inhalé lento y profundo.

Después de un momento, continuó, relajando su respiración y su cuerpo en el mío. Se sentía bien, demasiado bien.

No teníamos tiempo, no con San acechándolo.

―¿Detrás de quién va ese estimulador de próstata? ―preguntó Seungmin cuando otra bala se alojó en la pared―. ¿De mí? ¿De ti?

Le di una dura mirada fulminante, intentando obligarlo a callarse, pero el silencio nunca había sido el punto fuerte de Seungmin.

Movió sus ojos hacia Felix.

―De él, ¿eh? ¿Por qué?

No quería asustar a Felix más de lo necesario, pero necesitaba saber cuán seria era la situación.

―El jefe está manteniendo a Jeon cerca. ―Aparté a Felix de mí y me senté, aunque mantuve mi cuerpo entre el suyo y las balas volando a través de la parte delantera de la tienda.

―¡Oh, por el amor de Dios! ―Seungmin rebotó su cabeza contra la pared.

―Me dijo que limpiara el desastre de Jeon. Dijo que hizo un contrato con San en caso de que no pudiera terminar el trabajo.

Felix se congeló y su respiración se hizo superficial de nuevo.

―¿Se supone que me mates?

―Vaya. ―Froté mis manos por la parte superior de sus brazos―. Eso no va a suceder. ¿De acuerdo?

Su barbilla tembló mientras me miraba con fijeza. El miedo en sus ojos rompió mi corazón. Seguí frotando sus brazos, como si mi toque pudiera convencerlo de que nunca le haría daño.

Seungmin revisó su cargador, luego lo colocó con un deslizamiento y un clic.

―¿Por qué diablos quiere el jefe a esa jodida serpiente de Jeon alrededor?

―No podría decirlo, pero quiere a Jeon libre y claro para ser su mano derecha.

Fría comprensión se mostró en el rostro de Felix con una sombra amarillenta.

―No quiere que vaya a la policía. ¿Es eso? ―Agarró la chaqueta de mi traje―. Dile que no diré ni una palabra. No se lo diré a nadie. Me dejará en paz entonces, ¿verdad? Juro que no diré nada.

The Protector // Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora