Hay que alegrar el ambiente

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Percy y Annabeth se encontraban frente a la entrada del Laberinto, evaluando la situación con seriedad. De repente, Andy apareció con su característica actitud bromista.

—¡Vaya, qué lugar tan acogedor! ¿Cuándo organizamos la fiesta de bienvenida? —Andy se cruzó de brazos, mirando el oscuro pasillo del Laberinto.

Percy sonrió ante su comentario y Annabeth no pudo evitar soltar una risa contenida.

—Andy, estamos en una misión seria. No es momento para tus bromas —le recordó Annabeth.

—¿Seria? Por favor, Annabeth, esto es como caminar por un parque de diversiones embrujado. —Andy hizo una pausa dramática—. Aunque, claro, aquí los monstruos no están disfrazados.

Percy y Annabeth intercambiaron miradas cómplices antes de adentrarse en el Laberinto, con Andy siguiéndolos, asegurándose de que la diversión no se perdiera.

El amor y los semidioses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora