Luli está recostada en el asiento, y yo, inclinándome sobre ella, me detengo un instante para admirar su rostro y su figura expuesta al aire libre. Intenta moverse, pero con un rápido movimiento coloco mis manos sobre las suyas para evitar que use alguno de sus trucos. Puedo escuchar cómo su corazón late más rápido mientras ella mira hacia la izquierda.—¿Te sientes intimidada?
—Por supuesto que no.
—Entonces, ¿por qué no me enfrentas?
Me lanza una mirada intensa que me hace sonreír.
—Ay, Luli, cada vez que me sorprendes, deberías estar agradecida de que estoy siendo pacífico contigo.
—Eres un...
—Buen chico, y así es como te gusto.
Me acerco a su rostro, enfocándome en sus labios que me provocan ganas de morder. Sin pensarlo, lo hago, y ella suelta un gemido, aprovechando el momento para empujarme al sentir que la solté sin querer. Ahora estoy tumbado mirando hacia el techo del auto.
De repente, ella se sube encima de mí.
—¿Qué tal si te violo?
Al escuchar eso, estallo en risa.
—Adelante...
Pero justo cuando Luli intenta hacer alguna de sus travesuras, el sonido de sirenas comienza a acercarse, alertándonos. Mierda...
Ella se desliza sobre mí, ajustando mi camiseta en un santiamén. Mientras yo me pongo mis jeans, el ruido irritante de la sirena de la moto patrulla se hace más fuerte. Luli, con una agilidad sorprendente, se sienta al volante. Y yo, sin camiseta, simplemente me acerco a ella. Nuestras miradas se encuentran y puedo ver cómo su sonrisa traviesa comienza a asomarse al verme así.
El auto se detiene y observamos cómo el oficial de la moto baja de su vehículo, se quita el casco y se dirige hacia nosotros.
Luli baja las ventanillas y notamos cómo el oficial frunce el ceño al vernos.
—¿Cómo les va, jóvenes?—finalmente se atreve a preguntar.
No decimos nada, solo levantamos la mirada en un saludo silencioso, esbozando sonrisas que no llegan a los ojos.
—Identificación.
Luli saca su carnet y se lo pasa. Él lo toma y lo examina con atención.
—¿Y por qué tu novio está sin camiseta?
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NO TE FÍES DE MÍ
RandomEl joven Idier se encontraba desesperado, con el corazón roto y una sed insaciable de justicia. Su hermano mayor, Idiomar, había sido víctima de una muerte misteriosa y sin explicación aparente. Por más que intentaba encontrar respuestas, todo era u...