No puede ser que esto me esté pasando, de verdad hemos llegado demasiado lejos. Si se murió, ¿qué demonios voy a hacer ahora? ¡Ay, Luli! ¿Cómo lograste atraparme así? Esta experiencia amorosa es realmente peligrosa y, para colmo, tóxica.
Veo cómo sigue brotando el líquido rojizo de su cabeza. Mierda. El olor a cigarrillo invade mis fosas nasales y no puedo evitar sentirme incómodo. Me giro y ahí está el demonio mirándome con una sonrisa burlona.
Poco después, llegan tres chicos.
—Ya hemos despejado todo—le comunica uno de ellos.
—Bien, ya sabéis lo que tenéis que hacer —responde Saúl con calma mientras me observa. No estoy reaccionando en este momento.
Me impresiona ver cómo se mueven rápidamente, llevándose a Hugo y borrando todas las pruebas como si fueran unos profesionales.
Dejaron la sala de baile como nueva.
Uno de sus guardias me acerca una silla, mientras él sigue fumando, sin quitar sus ojos de los míos.
—Buen espectáculo, parece que ya no tengo dudas sobre tus habilidades. Lleva en tu sangre esa sed de matar. Eso es justo lo que esperaba de ti, al igual que de tu pequeña joya, Luli. Sin duda, juntos son una pareja formidable de criminales.
Me quedo en silencio, sintiendo que ya estoy atrapado; este tipo tiene el control total sobre mí.
—Sabía que esto iba a pasar más pronto que tarde. Esa obsesión que tienen por esa chica me tiene sin cuidado. Lo único que me importa es que hagan bien mis encargos; después, si quieren matarse entre ustedes, con gusto les ofrezco un lugar para hacerlo.
«No puedo creer lo que estoy escuchando»
—¿Cómo puede ser?, ¿no te molesta que haya herido a tu hermano? Has visto en qué estado está.
Siento preocupación por cómo pueda terminar todo esto; aunque mi intención era acabar con él, seguro este demonio tiene un plan para aprovecharse de la situación.
—¿Crees que tengo cara de sentir algo por alguien?, no sé a quién piensas que le estás hablando, chaval. Mejor límpiate esas manos llenas de sangre porque esta noche tengo algo especial preparado para ti.
«Eso no me gusta»
Él le hace una señal a uno de sus matones y me pasa una caja de servilletas.
—No mezcles el trabajo con el placer. Esas cosas deben ir por separado. Lo demás lo resolverás más tarde.
Se levanta y me deja con un torbellino de dudas. La situación es peor de lo que había pensado.
Mis manos están manchadas de sangre por los golpes que le propiné a Hugo. La verdad es que quería acabar con él, pero no aquí.
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NO TE FÍES DE MÍ
RandomEl joven Idier se encontraba desesperado, con el corazón roto y una sed insaciable de justicia. Su hermano mayor, Idiomar, había sido víctima de una muerte misteriosa y sin explicación aparente. Por más que intentaba encontrar respuestas, todo era u...