Qué tensión. No puedo creer que vuelvan a hacer las interrogaciones; parece que ese caso se ha vuelto muy popular. Solo quiero que esto termine de una vez por todas.
El simple hecho de admitir que tuve relaciones con Idiomar me da vergüenza, ¡Uff! ¿Por qué caí en sus mentiras? ¿Y si Íker me hace esa pregunta? Pero luego pienso, claro que no; eso es parte de mi pasado.
Quiero hacer las cosas bien, y espero que Íker no sea como todos los idiotas que he conocido. Bueno... por ahora no se ha comportado como un patán. Me sale una sonrisa sin darme cuenta mientras camino hacia el salón de clases. Por un momento, mi mirada se pierde en los ojos del desgraciado que más daño me ha hecho en la vida.
Él me está mirando ahora, y de repente recuerdo que la profesora dijo que tiene amnesia. ¿Será cierto o solo una excusa? Me gustaría averiguarlo.
—¿Qué pasa, tengo algo en la cara? —digo con desdén.
Lo veo sonreír tranquilamente y me pregunto, ¿qué cree que está haciendo?
—Es curioso, de todas las chicas que he visto aquí, sin duda tú eres la más hermosa. Sabes... me gustaría conocerte, ¿puedo?
Su presencia es completamente diferente al patán que siempre me humillaba. No entiendo por qué ahora me recuerda el día en que lo conocí en casa de Luli; parece que su amnesia lo ha devuelto a ese chico que me cautivó desde el primer momento.
—¿Te has quedado sin palabras? —me pregunta al notar mi silencio. Lo observo meterse las manos en los bolsillos, sonriéndome con una dulzura que irradia calma.
Mi corazón empieza a latir desbocado; otra vez ese sentimiento. No puedo seguir queriéndolo. Es un cabrón y solo me hace daño.
—No tienes esa opción, espero que lo tengas claro —respondo con frialdad, evitando mirarlo a los ojos.
—Me gustaría saber, ¿por qué? ¿Te hice algo antes de que perdiera la memoria?
—Así es, eres la peor persona que he conocido. Cuando recuperes la memoria, sabrás de lo que hablo.
Veo cómo su expresión cambia a sorpresa.
—Sea lo que sea, te pido disculpas. Aunque sé que no será suficiente, no entiendo cómo pude lastimar a una chica tan linda como tú.
Sus palabras me desconciertan. «¿De verdad no está tratando de seducirme otra vez?»
—Ya lo dijiste, tus disculpas no sirven de nada. Solo quiero que sepas que te odio y no quiero que te acerques a mí.
—No entiendo, ¿qué eras para mí exactamente? ¿Un amigo, un novio, algo más? Eso es lo que quiero saber para comprender nuestra relación. Y también por qué tanto odio.
—No éramos nada —respondo con un mal sabor de boca, observando su rostro confundido tras escuchar eso.
—¿Cómo te llamas?
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NO TE FÍES DE MÍ
De TodoEl joven Idier se encontraba desesperado, con el corazón roto y una sed insaciable de justicia. Su hermano mayor, Idiomar, había sido víctima de una muerte misteriosa y sin explicación aparente. Por más que intentaba encontrar respuestas, todo era u...