IMPRONTA || Jacob Black

Capítulo 28

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Sue Clearwater acarició la espalda de Clarissa mientras ella bebía un vaso de agua.

Llevaba conociendo a la chica por un largo tiempo, incluso en algún momento llegó a creer que sería su nuera.

El cariño que sentía hacia ella era grande, sus ojos no se separaron de ella en ningún momento mientras las demás mujeres iban y venían organizando todo para el parto, a su lado Marie Anne apretaba la mano de su hija dándole fuerzas.

-Clari-Dijo llamándola por el apodo que Seth le había dado mucho tiempo atrás, Clarissa volteo con una sonrisa tranquila.

-¿Si?

-¿cómo te sientes?

Clarissa pensó durante un segundo su respuesta mientras movía sus caderas sobre la pelota de yoga.

-Bien, Sue.-Sonrió cálidamente.

-Es muy extraño, es el mejor parto que he atendido.-Dijo la mujer más anciana.-Dejame revisar.

Clarissa se recostó en la cama mientras sentía como la presión se hacia más intensa, el deseo de pujar se había hecho presente desde hacía unos minutos.

-Eh... Señora-Empezó.-U-usted sabe sobre...

La mujer rió mientras la revisaba.

-Estas lista.-Dijo mientras las demás corrían a ayudarla.-Y si, mi niña, mi madre cuido de ellos y luego me educó para ayudar a la siguiente generación.

Clarissa sonrió mientras un repentino dolor picaba justo en su columna vertebral.

-A...ay...-Suspiró pesadamente cuando el dolor la invadió.

Las mujeres la miraron alarmada mientras la anciana remangaba sus mangas y lavaba sus manos con tranquilidad.

-Ahora debes pujar, querida.-Dijo cuando tenía los guantes puestos.-Cuando sientas dolor puja fuerte, ¡Tú puedes!

Clarissa sintió como el dolor la golpeaba, era punzante y la estaba haciendo sudar.

Pujó apretando los dientes y los puños.

-Veo su cabeza, vamos, tu puedes, Clarissa.-Dijo la mujer abriendo aún más sus piernas.

Clarissa ahogó un grito cuando el dolor volvió, Sue se apresuró a poner un trapo en su boca para que pueda morder mientras su madre miraba todo agitando sus manos totalmente nerviosa.

Clarissa pujó mientras sentía que sus caderas hacían espacio para que uno de sus dos hijos saliera.

-Está su cabeza afuera, un poco más linda.

Clarissa se sostuvo de la cama antes de pujar con fuerza, soltó un chillido de satisfacción cuando finalmente el pequeño nació.

-¡Ya está!-Dijo limpiando, pronto el llanto ligero del bebé inundó la habitación.-Es un niño.

Clarissa suspiró cuando el pequeño fue colocado en su pecho, sus ojos se empañaron de inmediato y solo pudo sonreír.

-Mi amor...-Dijo con cariño besando su pequeña cabeza justo antes de que el dolor la abrumara.-M-ma...tómalo.

Su madre lo quitó de su pecho, la anciana cortó el cordon para que la pelirroja mayor fuera junto a otra mujer a limpiarlo y vestirlo.

-Bien, lo has hecho estupendo.-Dijo apretando su vientre ligeramente buscando acomodar al siguiente bebé.-Ahora nacerá el otro bebé.