Capítulo 01

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Si había algo que Clarissa odiaba eran los vuelos, la hacian sentir mareada y descompuesta durante todo el trayecto, pero descubrir que llevaba volando cerca a veinte horas le hizo sonreír, eso significaba que faltaban unos cuantos minutos para at...

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Si había algo que Clarissa odiaba eran los vuelos, la hacian sentir mareada y descompuesta durante todo el trayecto, pero descubrir que llevaba volando cerca a veinte horas le hizo sonreír, eso significaba que faltaban unos cuantos minutos para aterrizar.

— ¡Al fin!—Gritó cuando el avión aterrizó.

—Cállate, subnormal.

—¡Mami, tu hijo me dijo subnormal!

—¡Papi, tu hija está está acusando!

—Dejen de comportarse como críos—Dijo con cansancio su padre mientras tomaba las maletas.

Clarissa se giró siguiendo a su padre con una sonrisa, ella observó a su padre mientras andaban, ella era pelirroja, pálida y pequeña, gracias a su madre, Marie Anne, mientras que lo único que había heredado de su padre eran los ojos color chocolate.

Su hermano Jack, por otro lado, era una auténtica copia de su padre, su estatura,   cabello, piel e incluso sonrisa pero había robado los ojos de su madre, tan azules que parecían un pedazo del mismísimo cielo.

Los ojos de Clarissa se expandieron cuando se encontró frente su abuelo, el hombre parecía no envejecer.

—¡Papá Quil!—Gritó la chica lanzándose a los brazos protectores de su abuelo.

—Sal, fosforito.—Dijo su hermano llegando a empujarla. —Yo también quiero un abrazo.

—Consíguete otro abuelo

—Niños.—Reprendió su padre con seriedad acercándose, ambos lo miraron con culpa justo antes que él los empujara para tomar su lugar entre los brazos de su padre.—¡Ja! Quien se va al barranco pierde su banco.

—¡Pequeño Quil, estas enorme!—Dijo su madre abrazando al chico al lado de su abuelo al que hasta el momento los niños no habían prestado atención.

—¡Tía!

Los ojos de Clarissa miraron a su primo con incredulidad, tenían la misma edad y él media mucho más que su padre y lucia enorme

—¿Bebé Quil? ¡Oh dios mio! —Chillo Clarissa lanzándose sobre el chico mientras lo observaba con incredulidad.

—Hola, Clark—Saludó con entusiasmo antes de girarse hacia su hermano. —Hola, Jack.

—Dios mío, ¿Qué les dan de comer en la reserva?

—Algo que no te serviría.—Se burló su hermano mientras abrazaba a su primo.

—tonto.

—Tonta.

—Niños.—Los Reprendió su abuelo llamando su atención.

El camino a la reserva era algo largo por lo que Clarissa decidió acurrucarse a un lado de su padre y dormitar durante todo el viaje.

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IMPRONTA || Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora