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Clarissa chilló cuando Jacob aparcó en la escuela.
Jacob soltó una carcajada mientras la ayudaba a bajar de la moto y la tomaba por la cintura.
—¿Qué clase tienes?
— Literatura.— Contestó la chica mientras empezaba a caminar abrazada a él.— ¿Y tú?
— Pues... es mi primer día, así que no estoy seguro.— Dijo mientras la arrastraba hasta la secretaría donde le dieron su horario y una advertencia.
—Chico problemático, eh.—Dijo Clarissa.
—Solo un lobito alterado.— Se burló de si mismo.— A ver... tengo literatura, luego matemáticas básica y... y a mi casa.
—Que aburrido.—Admitió la chica.—Yo igual.
—Al menos estaremos juntos.
— Será un placer dormir en tu pecho toda la mañana.
***
Clarissa apretó los dientes con fuerza mientras soltaba un gruñido.
—Cálmate, preciosa.— Dijo Jacob abrazándola por los hombros
— No dejan de murmurar que estas bueno, ¿Bueno? ¿Bueno para que?
— Oye, no me digas eso, soy hermoso.—Alegó.
—Sí, sí y mío.— Refunfuñó apretando los labios.
— No tie...— Jacob se quedó a la mitad de la frase cuando su teléfono empezó a sonar.
— ¿Quién es?
— Eh... nadie.
La pelirroja ceja de Clarissa se enarcó.
— Bella Swan, ¿no es así?
— Clarissa...
— Clarissa...— Imitó con molestia mientras se ponía de pie tomando el teléfono que Jacob había dejado a un lado.
—¿Jake?—Dijo la fina voz femenina que causaba molestias en la pelirroja.
—No, habla su... — Volteo a mirar al chico enojo causando que él se tense.— Soy su novia.
— Oh... yo... quisiera hablar con Jake un minuto,— Se quedó en silencio un momento.— ¿Podrías pasármelo?
— No, lastimosamente no puedo.— Dijo la chica cortando la llamada y dejando el teléfono frente al chico con tanta fuerza que llamo la atención de todos.
—Clarissa...
—No me hables.— Negó con decepción mientras salía de la cafetería chocando el hombro con Embry quien la detiene tomándola por el brazo.
— Clarissa, ven a nuestra mesa.— Invitó con una sonrisa ligera, a su lado Seth y Quil sonrieron en respuesta.
La pelirroja asintió siguiéndolos de cerca, Seth, como antes, compró su comida y se la ofreció, Clarissa empezó a comer mitigando la intensa hambre que le causaba ser una loba.
