Capítulo 20

2.1K 175 4
                                    

Habían pasado un mes desde que Clarissa habia dejado atrás la reserva, ahora se encontraban viviendo en su antiguo hogar a las afueras de Manchester, a solo quince minutos a pie de su antigua escuela, a la que habían regresado.

Agradecía enormemente que el jardín tuviera una desembocadura hacia un enorme bosque donde ella y Jack, su hermano, pasaban varias horas dejando salir a sus lobos.

El enfado, la agresividad y el mal humor que causaba haber Sido arrancados del lugar en el que su lobo se sentía cómodo había afectado en todos los aspectos de sus vidas, en especial a Clarissa, quien era incapaz de dormir más de dos horas seguidas antes de despertarse gracias al dolor y las náuseas.

Y aunque tuviera poco tiempo en la escuela, el maestro Gibson no había aceptado ni la más mínima mala conducta de su parte por lo que ahora se encontraba en su habitación ya que había Sido suspendida de la escuela.

Su madre la había ido a recoger de la escuela, dónde luego de haber Sido notificada de su suspensión terminó gritando palabras no muy gratas hacia el maestro de Biología .

Marie Anne entró con dos tazas de té y una sonrisa incomoda.

—Sientate.—Le ordenó al verla observar el bosque a través de la ventana con anhelo.

—Lo lamento, en serio, madre.—Dijo con frustración.—No sé... No entiendo que me pasa.

—Yo sí.—Dijo en un suspiro entregándole ambas tazas para empezar a buscar dentro de su bolso de dónde sacó una cajita y se la extendió.

Clarissa leyó la decepción desde su lugar y se tensó de inmediato.

No podía ser cierto ¿Verdad?

Desde que era una loba el periodo se había retirado y ni siquiera era capaz de pensar y recordar si alguna vez Sam había hablado de aquello con ella.

—No estoy enojada, Clarissa —Dijo su madre extendiendo la caja hacia ella, tomando a cambio su taza de té.—Ve a hacerla, sea cual sea el resultado lo solucionaremos juntas.

Clarissa observó con cautela la caja que su madre le ofrecía, dejó la taza en su escritorio y la aceptó caminando hacia el baño.

No era tonta, sabía cómo hacerla, pero aún así leyó con cuidado los pasos y las instrucciones para no cometer ningún error.

La prueba era instantánea, sumergió la parte indicada en el recipiente con orina y observó con incredulidad como el signo de más se marcaba de color azul justo en el centro .

Cerró los ojos cayendo de rodillas al suelo llorando en silencio, aquello no podía estar pasándole, no ahora.

En busca de consuelo, se puso de pie lavando sus manos y su rostro en el proceso, necesitada de afecto y proteccion, abrió la puerta sosteniendo la prueba contra su pecho.

—Es positivo, ¿Verdad?—Preguntó su madre recibiendo a su pequeña hija entre sus brazos protectores dónde estalló en lágrimas aferrándose a ella.

—S-sí.—Hipó.

—Shh... Shh...—Dijo acariciando su cabello.—Todo estará bien, mi amor.

—Y-yo no quiero esto, mamá, no quiero un bebé.

— Mi amor.—Dijo con calidez.— Desahógate, ¿Si? Llora todo lo que quieras.

Amaranta lloró abrazada al torno de su madre, con su cabeza en su pecho, hasta quedarse dormida entre sollozos.

Amaranta lloró abrazada al torno de su madre, con su cabeza en su pecho, hasta quedarse dormida entre sollozos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
IMPRONTA || Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora