Capítulo 31

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Clarissa miró a sus hijos con asombro, en sus pequeñas cabecitas había un lindo mechón rebelde color pelirrojo, tal cual el de ella y sus rostros, cada a una de sus facciones parecían irreales para la joven madre

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Clarissa miró a sus hijos con asombro, en sus pequeñas cabecitas había un lindo mechón rebelde color pelirrojo, tal cual el de ella y sus rostros, cada a una de sus facciones parecían irreales para la joven madre.

—Se parecen a ti.—Comentó su impronta con una sonrisa complice.

Clarissa sonrió acurrucándose contra el pecho del chico, su cuerpo, gracias a su regeneración acelerada había sanado casi mágicamente pero los estragos del parto habían dejado en ella muchos cambios.

Su mente parecía perdida o, tal vez, saturada con un solo tema, sus hijos. La ansiedad por separación la estaba viviendo de una forma peculiar, aunque los primeros dos días de los pequeños habían pasado como un borron para ella, los días siguientes fueron los mejores, cada minuto a su lado era valioso y preciado, sus pequeños quejidos alertaban a su loba, totalmente ansiosa. Y ni hablar del olor de los pequeños que era su auténtica satisfacción.

Una semana después del nacimiento, luego de que pasaran varios días centrados en conocer a sus pequeños hijos, para el pesar de Jacob, junto a Seth, estaban listos para dar una pequeña fiesta para la manada, donde darían a conocer a los pequeños.

— ¿Es hora?

—Todavia tenemos algunos minutos de paz.—Dijo Jacob con diversión.

—Hoy por la mañana...

—Sí, lamento eso, cariño—Dejó un beso en su hombro.—Parece que Bella no entiende el significado de límites.

Clarissa suspiró.

Durante toda aquella semana Bella Cullen había intentado cruzar los límites llamando desesperadamente a Jacob o, simplemente, intentando apelar a su pasado como humana para  intentar que los lobos quiebren la  lealtad a su luna.

Nada había funcionado.

En cambio, Jacob y Clarissa se habían unido el día anterior esperando que eso acabe pero, al parecer, no lo habían logrado, ya que hacía unas horas, por la mañana, mientras Clarissa amamantaba a su pequeño hijo el aullido de Leah se hizo presente mientras el olor a podrido los tensaba.

Jacob había gruñido antes de salir presuroso, mientras que Clarissa se quedaba con los pequeños ya que ni Seth ni sus padres habían llegado aún.

— Me estoy cansando de Isabella, Jake.

—Lo sé, preciosa.—Suspiró.— Debe mantenerse lejos de la Tribu, aún hay niños transmutando por su causa.

IMPRONTA || Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora