Clarissa se miró en el espejo durante un largo tiempo, era el quinto bikini que se probaba y seguía sintiéndose insegura.
Seth la había invitado a la playa y a ella le apetecía nadar, eran de esos escasos días calurosos y ella, más que nadie, necesitaba sol.
Su pequeña estatura le causaba cierta inseguridad, apretó los labios decidiendo finalmente, tomó un bolso antes de arrepentirse y salió en dirección a la playa.
Sus ojos escanearon el lugar maravillada, adoraba la imagen de la Push en los días nublados, pero cuando los rayos del sol golpeaban las olas con una suavidad pasmosa, ella sintió su corazón calentarse.
—¡Clarissa!—El grito masculino llamó su atención .
—Hola, Seth.—Saludó besando su mejilla con suavidad.
—Te ves hermosa —Dijo tomando el bolso para colocarlo en su hombro mientras pasaba un brazo sobre los hombros de la chica para guiarla hacia el enorme grupo de chicos.
—Hey.—Saludó mientras sus mejillas se coloreaban al sentirse observada.
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Por instinto pegó su cuerpo al de Seth, quien la recibió acariciando su brazo con suavidad.
—Chicos, ella es Clarissa Ateara.
—Es mi prima.—Dijo Quil poniendose de pie de un salto —No la miren, y tú, Seth, saca tus manos de mi prima.
Seth se sonrojó apartándose ligeramente pero fue Clarissa quien entrelazó sus manos avergonzada.
—Cállate, Quil.
***
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Clarissa bebió el te que le ofrecía Sue Clearwater con una sonrisa nerviosa, había pasado ya un mes desde que ells había conocido a la mujer y su hijo, pero ahora las cosas eran distintas.
Clarissa había iniciado las clases en la reserva, luego de una inmensa discusión entre su padre y su abuelo, y para su grata sorpresa, la habían asignado al mismo curso que Seth, Quil y Embry, quienes habían perdido un año de escuela y habían terminado encerrados con chicos de dieciséis años.
