FICS POR OMEGACEMBER

DIA 19 (ZoLu)

Título: Celo Alfa

Fandom: One piece

Shipp: Zoro X Luffy

Resumen: continuación del día 12

Etiquetas: Lemon no tan explícito, mando Omega y sumisión de Alfa o al menos intento de ello.

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Cuando el carruaje por fin llegó a la mansión, Luffy fue el primero en abrir la puerta y salir corriendo, dejando a todos y todo atrás.

Su abuelo Garp se dió una palmada en la frente al ver que su nieto jamás podría comportarse como lo que era, un Omega de elite ni educado.

Koby al haber crecido en aquella familia desde niño, la verdad ya se había acostumbrado y resignado más que nada a qué a Luffy jamás se podría comportar y lo más importante, nadie lo podría domar.

- Disculpe mi señor, pero ¿Dónde ponemos al salvaje? - fue ahí que Garp recordó al alfa primitivo que su nieto compro en un impulso loco.

- Llévalo al calabozo - orden que fue aceptada al instante, pero eso era algo que a Zoro no le gusto escuchar por lo que se había empezado a jalar con violencia, por desgracia unos buenos toques electrónicos lo calmaron lo suficiente como para caminar sin oponerse tanto.

Hasta que uno de los guardias se confío y recibió una fuerte patada en la cara y con eso cayó al suelo, oportunidad que Zoro aprovecho para golpear al otro sujeto que lo jalaba y verse por fin libre.

Aún con cadenas en las muñecas y ese estorbozo y denigrante bozal en la cara, corrió en dirección al bosque en busca de su amada libertad.

-¡Todos corran tras él y atrapenlo! - exigió el encargado de dicho alfa, pero un ¡Esperen! Los hizo detenerse de su persecución a ese alfa salvaje.

- Dejenlo que ande por el lugar, al fin y al cabo una vez dentro de los territorios de los D, nadie puede salir a menos que sea por la puerta principal -. Todos los guardias al entender lo que había dicho su señor, se fueron a custodiar la entrada principal. - Vamos Coby, baja las cosas y llévalas al cuarto de Luffy -.

El joven mencionado asintió mientras empezaba a acomodar todo lo que su joven amo había adquirido de varios lugares en aquella plaza del pueblo.

Todos olvidando que Luffy andaba por los alrededores y con ese alfa peliverde suelto.

Zoro corría como perro rabioso, mientras buscaba como salir de ahí, hasta que se detuvo con brusquedad y empezaba a olfatear el aire, al reconocer aquel aroma, gruñó y corrió con dirección al dueño de dicha fragancia.

La verdad luffy estaba tan distraído bajando papayas que no se percató de aquel instinto asesino que lo buscaba con sed de sangre. Hasta que se vio en el suelo y a ese alfa sobre él, quien lo miraba con odio profundo.

- Tú asquerosa basura, ¡Jamás serás mi amo!...¡Primero muerto que caer ante ti! - soltó entre gruñidos y maldiciones, dejando a Luffy sorprendido, hasta que el Omega se rió a carcajadas, algo propio de él.

-¿En serio aún no lo entiendes? Eres mío y no porque te compre, sino porque tú alfa se sometió a mi Omega -. Zoro abrió enorme los ojos mientras retrocedía un poco, dejando que Luffy se sentará en el suelo, quedando los dos muy cerca. -¿No me crees? - pregunto mientras se acercaba peligrosamente a la cara del alfa y depositaba un suave beso sobre el bozal -Eres mío, solo mío -. La voz que ocupo Luffy estaba logrando adormecer al alfa, quien se negaba a sucumbir a sus instintos de sumisión ante el Omega.

Pero Luffy hizo algo que dejó sorprendido al alfa y fue que se retiró aquel short que portaba y se sentaba sobre las piernas de Zoro, quien en ese momento había empezado a babear al sentir como su cuerpo se calentaba ante la voz y olor de ese Omega frente a él.

-Mis dedos jamás me satisfacen y hacerlo con cualquier alfa me provoca asco, pero tu olor, ti presencia, tu mirada hacen que me moje, así que vamos, demuéstrame que tan primitivo puedes llegar a ser - cuando Luffy dijo eso, se acostó sobre el pasto y abrió sus piernas, sonriendo al ver que el alfa frente a él se relamia los labios y con desesperación buscaba como bajarse el pantalón, dónde dejó al descubierto su enorme polla.

La verdad era primera vez que luffy veía un pene pero vaya que se veía grande y más cuando Zoro sin ninguna preparación al Omega, se acercó a la entrada de este y empezó a ejercer presión.

Luffy arqueo la espalda mientras soltaba un gemido de lo más doloroso al sentir como ese enorme miembro se abría paso entre sus nalgas y ya nada virginal entrada.

Zoro estaba fuera de si, la verdad siempre estaba amarrado, siendo azotado para someterlo, castigandolo para romperle su orgullo de alfa y volverlo manso para merced de los Omegas y sus estúpidos caprichos.

Por eso es que no sabía que le pasaba a su cuerpo y porque el estar dentro de ese Omega se sentía genial, tanto que solo quería dar más y más, algo que lo alentaba a continuar con esos empujes eran las muecas que ese Omega hacía cada vez que le daba con fuerza.

Luffy por otra parte solo escuchaba gruñidos, jadeos y esa mirada tan intenso de ese alfa que lo ponía aún más cachondo, sabía que ese alfa solo estaba reaccionando por sus provocaciones, su olor o voz de sumisión, por lo que estaba seguro que Zoro no sabía que había entrado en celo quizás por primera vez.

Algo que lo alegro mucho ya que él era un Omega muy posesivo con algo que le gustaba, así que si Zoro jamás estuvo con ningún otro Omega, haría que solo le perteneciera a él en ese sentido para siempre.

El alfa en cambio quería hacer algo con su boca, por desgracia tenía ese bozal, aquel que tenía código y solo el Omega bajo él sabía.

-No, no pienso quitarte lo, así que ni me lo pidas - dijo entre gemidos al sentir como estaba por correrse, pero Zoro saco su pene con rapidez y se levantó del suelo. -¡Espera, que haces! - dijo al ver que el alfa lo miraba con enojo.

-Si no me quitas está porquería no pienso continuar - exclamó furioso mientras se iba del lugar sin importarle su desnudes y lo erecto de su pene, dejando a Luffy aún en el suelo.

-¡Hahahahahahahaha! No me importa que tenga que hacer mi querido alfa pero de qué te someto, te someto, tanto que aún sin estar en celo querrás estar entre mis piernas - susurro al ver que de su entrada resbalaba un fino hilo de sangre, producto se que su pureza se había ido.

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