Villamil se observaba detenidamente en el espejo del baño, mientras se cepillaba los dientes. Había tenido un día ocupado que comenzó con una sesión de fotos, luego las grabaciones del videoclip de la nueva canción, y por último una entrevista larguísima en un canal de televisión muy conocido del país, que llevaban postergando desde hace más de dos meses.
Los chicos habían planeado ir a tomar unas copas de celebración, solamente por sobrevivir ese día tan ajetreado, pero él se negó a esto, ya que estaba muy cansado y en ese momento solo pensaba en ir a su casa a dormir con su novia, quien se encontraba en ese momento sobre su cama, usando su celular.
Apago la luz del baño, al terminar de hacer sus necesidades en este para ir hacia su cama, se acostó al lado de su pareja, dándose cuenta de que estaba dormida. Sonrió para abrazarla por la cintura y cerrar los ojos, mientras los cubría a ambos con la cobija, quedando de cucharita, provocando que a su mente llegará una imagen rápida.
Isaza tomándolo de la cintura, con una bella sonrisa, mientras ambos unían sus labios para besarse.
Abrió los ojos ante el recuerdo, comenzó a negar con la cabeza ante tal recuerdo cuál había sucedido hace unos pocos días, no deseaba recordarlo, ya que en ese momento estaba con su novia. Además, después de suceder aquella escena, había oído de los labios de Isaza un Te amo. No supo cómo reaccionar en aquel momento, así que solo se separó del mayor, evitando tocar el tema después de lo sucedido.
Durante el periodo de tres años, Isaza y Villamil ha tenido una rara relación de mejores amigos, se habían besado hasta quedarse sin aire un sin fin de veces, llegando al punto de que sus labios quedarán hinchados, también tuvieron un par de salidas, que se podían catalogar como románticas, cuáles habían disminuido desde que el ojiverde había oficializado su relación con su novia, con quien por lo menos llevaba como un año y medio de relación.
El sonido del timbre de la casa deshizo los pensamientos de Villamil, haciéndolo sentarse en la cama. Su novia tenía un sueño pesado, así que era claro que ella no abriría la puerta. Caminó descalzo hasta la entrada de la casa, con molestia; era la una de la madrugada y esperaba que la persona que lo molestara tan tarde, tuviera algo importante para decirle.
—¿Quién es? —Se acercó a la mirilla de la puerta, se llevó una sorpresa al ver a Isaza, quien contaba con una sonrisa al frente de la mirilla. Abrió la puerta rápidamente, para observar mejor al mayor, quien tenía los cachetes rojos y el pelo desordenado hacia arriba, debido a que llegó corriendo, provocando que esté así, además de que emanaba un olor muy peculiar e intenso—.
—¿Está ebrio? —La sonrisa del mayor se desvaneció ante la pregunta, para comenzar a negarse, aunque se detuvo unos segundos para comenzar a asentir—.
—Solo tomé unas copitas —Hizo una pequeña ceña con sus dedos, mientras se acercaba al ojiverde, entre risas—.
Villamil lo sujetó de los hombros, deteniéndolo. No sabía cuánto alcohol había ingerido, así que no tenía idea de qué era capaz de hacer en esos momentos de poca cordura.
—¿Cuánto son unas copitas? —Aumentó la fuerza de su agarre, ya que Isaza contaba con más fuerza que él, así que debía mantenerlo donde estaba por el momento—.
—No sé, Simón las contó, hablando de Simón. ¿Sabía que está saliendo con alguien? —Y como siempre hacía, al estar ebrio, metía temas de conversaciones al azar, para seguir alargando la charla—.
—No —Dejó de sujetarlo de los hombros, para hacerlo ingresar a su casa. Eran altas horas de la noche, no lo dejaría así a su suerte por la calle. Así que tomó su mano cuando cerró la puerta, para guiarlo hacia la sala de la casa—.