Los Vargas estaban protestando, ya llevaban por lo menos diez minutos, afuera del baño, pidiendo casi a gritos, que su amigo abriera la puerta.
—Juan Pablo, si no abre la puerta, le juro que voy a ir por las herramientas y la quitaré —Simón estaba de brazos cruzados, con una máquina de cortar en mano—.
—¡No , no lo haré! Así que váyanse —Se escuchó la respuesta del interior del baño—.
Martín le hizo señas a su hermano, quien tardó unos segundos en entender. Era momento de usar su arma pesada.
—De acuerdo, me harté, me iré y usted saldrá, verá que yo tenía razón —El de lentes, volteo a ver el camino que daba con la sala, por la cual pasaba Villamil, confundido por todo lo que ocurría—.
—¿Qué sucede?
—Tenemos que cortarle, ya, el cabello, se queja de no puede hacer sus cosas con tranquilidad —Martín alzó las tijeras que tenía en manos y las hizo sonar, escuchando como algo en el baño se caía— Pero simplemente comenzó a correr, hasta que se encerró en el baño.
—Su problema con su cabello —Los hermanos fruncieron el ceño, confundidos, poniendo toda su atención en él—.
—¿Tiene algún problema con su cabello? —Preguntó el tratamiento, no entendía bien lo que pasaba con Isaza, pero si el ojiverde sabía la razón, tenía que contarla—.
—Sus padres, eran un "poco" estrictos —Hizo comillas con los dedos— Siempre que su cabello sobrepasaba el límite que tenían, se lo cortaban, había personas que hacían chistes sobre su corte, no sé si lo habrán hecho con intención, pero Aquello fue un golpe a su autoestima, cosa que llevó a que odiara tener el cabello cortado, así que cada que podía, se dejaba crecer el pelo, porque se siente cómodo así.
Simón se quedó en silencio procesando lo que había escuchado, para guardar la máquina de cortar, y quitarle las tijeras a su hermano, para dárselas a Villamil.
—Entra ahí, eres su mejor amigo —El contrario hizo una mueca, cuál no pasó desapercibida por el par que lo veía— Y le cortarás, al menos, un poco el cabello.
—Dios —Suspiro, para ver la puerta del baño— Intentaré —Se acercó al trozo de madera y golpeó un par de veces, mientras guardaba las tijeras en su bolsillo derecho—.
—Chicos les dije que no lo haré-
—Soy yo Juan, ábrame por fa —Villamil, espero una respuesta, cuál parecía no llegar— Abra la puerta, vine- —La puerta se abrió, dando paso al baño. Al entrar, escuchó detrás de él, la puerta se cerró nuevamente—.
El ojiverde se dio vuelta, encontrándose con su amigo, quien estaba al frente de la puerta, con el ceño fruncido. Se le formó una media sonrisa, mientras se acercaba al más alto, para darle un abrazo, cuál fue aceptado con gusto.
—Sé que debí haber dejado ese problema atrás —Villamil sobaba la espalda del contrario, mientras lo escuchaba— Pero solo de pensarlo, solo trae recuerdos.
—Está bien —Murmuró sobre su hombro, dándole un beso en este— Tranquilo —Se separó, para ver a los ojos— Algunas cosas no cambian —Ambos tenían una sonrisa en la cara — Esto me recuerda a cuando lo hicimos por primera vez — El mayor se sonrojó, por lo recién dicho— Estuvo encerrado en el baño por 30 minutos, hasta que tuvimos una larga charla, con la puerta en medio de los dos.
—Si me logro animar, haciendo que solo seamos los dos —Coloco sus brazos alrededor del cuello del contrario, atrayéndolo hacia él, uniendo sus frentes, mientras cerraban sus ojos—.
—Lo sé, pero ahora necesito que me dejes cortarte el cabello —El más alto se tensó de nuevo, por la petición del contrario— Tranquilo, tú decidirás que tanto, te lo juro —Se separó de él, para sacar las tijeras que tenía en el bolsillo—.
Isaza tardó unos minutos, para aceptar la petición y sentarse sobre el inodoro, el cual tenía la tapa abajo, soltando el aire que tenía retenido en los pulmones.
—Pero mañana, me dejará quedarme a dormir con usted —Villamil se río, para acercarse al mayor—.
—De acuerdo —Estiró una parte del cabello de su novio, para esperar la indicación de este y hacer el primer corte—.
Okey este fanfic no me gusto mucho, por varias cosas, aunque lo hice solamente porque estaba aburrido y aja.