Al cabo de unas cuantas horas más, finalmente terminó otro día más de escuela que sin embargo no tuvo ni una sola clase en realidad. Por fin era momento de que todos se retiraran, no había otra cosa más que hacer en realidad, al menos para los que no estaban involucrados en la planeación y preparación del baile escolar, ya solamente se irían para sus casas, o a cualquier otro lugar donde tuvieran que ir.
Esa fue otra gran decepción para la husky pelirroja. Jenna miró con una más que obvia expresión de desilusión, como por si fuera poco, después de un día completo de casi no haberle dirigido la palabra para nada, como Balto simplemente se levantaba como si nada y se disponía a salir del salón y por lo visto, parecía como si tuviera demasiada prisa, más rápido que de costumbre, el perro lobo recogió todas sus cosas y salió del aula. Con el pequeño detalle, de que esto último lo había hecho básicamente corriendo, justo cuando Jenna se había acercado para hablar con él, casi como si no quisiera que ella le hablara, Jenna se sintió ignorada, un poco dolida, por el actuar de Balto que no le había devuelto ni un saludo siquiera, la visión de Jenna, de él y ella compartiendo un baile, se había vuelto cada vez más lejana después de aquello y aún más lo había hecho la idea de que él y ella pudieran ser algo más. No quería renunciar a él, pero la verdad es que motivos no le faltaban y además, estaba el hecho de que no ayudaba para nada, las opiniones de sus amigas, que lejos de darle esperanzas, le decían que mejor se olvidara de aquello.
Jenna solo se quedó parada frente a la puerta del salón, mientras seguía pensando en cómo él la había ignorado y hasta salió corriendo cuando le quiso hablar. No sabía si alguien más se había dado cuenta, pero a ella le pareció que Balto se había alterado por algo, corrido de pronto como si se estuviera asustando, como si algo lo hubiera puesto alerta casi al instante, como si se hubiera dado cuenta de algo, como si hubiera recordado algo que le haya hecho tener que salir así.
Una perrita mucho más pequeña que ella, Ángela o solo Angel, se colocó justo al lado suyo, tratando de procesar como ella lo que había acabado de pasar. A ella también ese comportamiento se le hacía demasiado extraño y francamente se sentía mal por su amiga. Quería decirle algo, pero no sabía qué, tampoco es como si se atreviera a decirle aquello que ya varias veces le había comentado, probablemente si lo volví a hacer, ella se enojaría. En serio que era una pena, eran buenas amigas, vaya que desearía poder hacer algo por ella y solamente suspiró, cuando vio cómo Jenna apretaba con fuerza los puños, a la vez que luego bajaba la cabeza señal de derrota la movía en negación para sí misma, a la vez que también soltaba un suspiro, esta vez de decepción y sintiéndose vencida. Y por si fuera poco, si Angel no se equivocaba, juraría que le pareció ver a la Husky pelirroja derramar una pequeña lágrima. Esto último solo le rompió el corazón a la otra chica, ella ya sabía acerca de los sentimientos que ella tenía por él y también había sido testiga, ve como el perro lobo por su parte no parecía mostrar interés, o tal vez solo era que también era demasiado tímido como Jenna siempre trato de justificarlo y defenderlo.
Nuevamente Angel quiso decir algo, pero seguía sin saber qué. Solo pudo ver, al igual que el resto de las chicas, como triste y resignada, Jenna también solo comenzaba a recoger sus cosas y salía del salón sin decir nada. Pero no para regresar a su casa, tenía que organizar el baile, cosa que solo la hizo sentir aún peor por dentro. Una verdadera lástima, con toda seguridad, ya estaba comenzando a aceptar que Balto jamás se lo iba a pedir.
Angel giró la cabeza para ver, como el resto de chicos restantes, se juntaban formando una pequeña bolita, para comenzar a charlar ahora entre si con respecto a la situación reciente. Aún cuando la verdad era que encontrar una solución por su parte sería de lo más difícil en este mundo. Lo siguiente que vio, fue al Alaska malamute Steele, levantarse también de su lugar, en su caso, para ir a alcanzar a Jenna. Angel solamente rodo los ojos al verlo, quería detenerlo, pero sabía que no servía de nada porque el perro más grande no le iba a hacer caso. También sabía que no iba a desaprovechar su oportunidad, todo esto se sentía tonto e inútil, pero no tenía caso.
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Miraculous Balto
FanfictionLa madre de Balto, Aniu ha muerto, pero en su lecho de muerte supo a quien encomendarle su deber como guardián de la caja de los miraculous. Su hijo Balto, pero el no lo supo hasta varios años más tarde. Y cuando ese momento finalmente llegó Balto a...