Capítulo 019

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- Presente -

No sabía qué me encontraría al llegar a casa, pero iba a descubrirlo en nada. Bajé del taxi con el corazón en un puño. Atrás parecía quedar mi reciente liberación, después de meses borrosos de depresión y pesar.

Llegué al portal y coloqué la llave; lo primero en lo que me fijé al entrar fue que las decoraciones de mi fiesta de cumpleaños seguían en su lugar. Un poco más descuidado el aspecto, pero sí, seguían ahí las decoraciones, recordándome exactamente lo que había hecho.

No tuve que caminar mucho hasta que mi madre salió a mi encuentro con una cara de angustia y enfado. Pensé que me recibiría con la mejor bofetada de mi vida. Pero me abrazó tan fuerte que casi no escuché mi propia voz cuando le pedí disculpas.

No estuvimos ni dos minutos así cuando apareció papá por la puerta y solo bastó su mirada para que me desmoronase. Después de lo que creo fueron largos minutos abrazadas, con las fuertes manos de papá acariciando nuestras espaldas sin decir palabra, solo mi respiración agitada y rota rompiendo el silencio.

Acabamos moviéndonos al salón, dejando atrás el recibidor. Les escuché reñirme por haber desaparecido en medio de la noche, sin decir a nadie adónde iba o cuándo volvería. Sin pensar en ellos o en cómo se sentirían creyendo a su hija única desaparecida.

Me llevó unos minutos reunir el valor para contarles todo: mi relación con Jessie, la promesa que mantuve, la pérdida, la depresión. Me escucharon y aunque no me libró de un castigo, se sintió bien sacar todo eso fuera. Compartirlo con ellos.

Porque no quiero volver atrás, y es que no hace mucho pensé y creí que mi vida sería un eterno camino sin salida, lleno de tristeza, decepción y dolor. Creí que nada volvería a hacerme sentir esperanzada y en el hipotético caso de que lo hiciera, la culpa se encargaría de mancharlo.

¿Cómo podía seguir adelante si Jessie se había quedado por el camino? ¿Cómo querer a otro si a él no lo tuve? Si yo, que entiendo y conozco nuestra historia, no puedo perdonarme, no puedo aprobar otro amor, ¿quién podría?

Muchos pensamientos me acechaban al respecto, pero después de sucumbir a ellos y ahora haber vuelto a soñar, creo que estoy haciendo lo correcto. Considero que es el momento de avanzar, a pesar de los dolores de ayer. No he sido justa conmigo, con mi familia o con Jessie. Él no me resiente, imagino que también hubiera querido verme feliz.

Me sentía tan vacía, lo había estado desde que confirmaron que el golpe había sido demasiado para lo que su cuerpo pudo soportar, que había tenido la mala suerte de recibir un segundo impacto en la cabeza al caer. Nada había conseguido deshacerme de esa sensación de vacío, de esa angustia y remordimiento. Nada excepto lo de anoche. No sé cómo explicarlo mejor, pero haber despertado sobre esa lápida y con toda una noche de sueños por detrás ha sido lo mejor que he experimentado en muchísimo tiempo.

Molly & JessieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora