Capitulo 10

93 3 0
                                    

Narra Bella.

Permanezco sentada en la tina, el agua me llega hasta los pechos, llena de la fragancia de ciruela y la flor de vainilla.

Dulce y riquísimo.

Quiero olvidarme de ese día, quiero como sea olvidar su tacto, olvidar por completo su existencia.

Quiero que muera, que se arrepienta de haberme tocado.

No quiero verlo nunca más.

Si no fuera por Carlos, no sé qué haría. Carlos quiere que esté bien, pero ¿cómo estarlo? Lo recuerdo todo el tiempo, tan vívidamente, pero simplemente es mejor ocultarlo. Tengo que estar bien.

Quiero morir... Sin embargo, mi madre y mi abuela estarían mal, no las dejaré, no puedo hacerlo.

Salgo de la tina mientras limpio mis lágrimas, seco mi cuerpo y me pongo crema.

Carlos me lo regaló: crema, jabón, perfume, todo de Natura. Champú y acondicionador Elvive, el violeta, que deja mi cabello hermoso.

Salgo del baño y voy hacia el ropero. Lo único que encuentro es un pijama de seda, escotado, hasta arriba de mis rodillas, ajustado a mi cuerpo.

Que comodo se ve, pero ¡es muy lindo! Y solo por eso no quiero usarlo, el tema es que ¿me pongo? porque, no hay más ropa.

Me pongo la ropa interior y el pijama, luego seco mi cabello que al final brilla aun más.

Me siento una carga. Él me compró de todo, tengo que darle las gracias, no se las di porque estaba mal.

Agarro mi celular y justo me llega un mensaje de él diciendo que se siente mal y que lo vaya a buscar. Siento la preocupación a flor de piel. Tomo una chaqueta y mi zapatilla, porque hace demasiado frío. agarro dinero de mi billetera y voy hacia el lugar que me indicó.

Tomo un taxi y le doy la dirección. En 10 minutos ya estoy allí. Sin importarme nada, entro a la casa, cuyo portón está abierto. Busco a uno de los amigos de Carlos y pregunto dónde está. Ellos me dicen que está arriba. Veo la misma mirada que me dio Alejandro, y eso me enfurece. Me voy sin decir nada. Subo las escaleras y lo que veo es a Carlos acostado en la cama y una mujer a su lado. Inmediatamente la reconozco: es Ana.

--- ¿Qué mierda haces? - le grito a Ana.

--- Vola, que estamos arreglados nosotros.

--- Callate, boluda. ¿Qué mierda le estabas haciendo? --- pregunto histerica y asutada porque esta tirado en la cama. Me acerco a Carlos y él solo dice mi nombre.

- ¡Salí de acá! - Ana me toma del cabello por detrás y me tira al suelo.

La miro con odio, y la agarro del cabello, dándole rodillazos en el estómago. Ella cae al piso rendida. La tomo del cabello y le doy golpes, cegada por el odio. Grito, lloro, mis emociones no puedo controlarlas. Paro de inmediato al ver mis manos llenas de sangre.

- ¿Qué mierda estoy haciendo? - murmuro.

- Bella... Bella... - dice Carlos débilmente.

- Andate con él. Lárguense los dos. --- su Rostro esta lleno de arrepentimiento.

- Lo siento... - balbuceo.

- Váyanse, y dile a Carlos que solo hice lo que Alejandro me mandó. No sé cuánto tiempo tienen para quitarle lo que ama.

Asiento, sin entender mucho lo que dice. ¿Qué cosa es lo más importante para él? No recuerdo nada.

Tomo a Carlos como puedo, llevándolo a cuestas. Bajo las escaleras y salgo de la casa, no sin antes sentir las miradas de sus amigos sobre nosotros. Tomo un taxi.

ArabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora