Capitulo 11

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No podia describir lo rota que estoy, mi mejor amigo, del que nunca pese que seria capaz de lastimarme, de tocarme de una manera en la que no me gusta, lo esta haciendo, apesar de que este drogado lo hace. Estoy confundida, dolida, desesperada.

Mi cuerpo expuesto ante el.

Tengo miedo.

Mi corazon acelerado puedo sentirlo.

Me siento sin aire.

--- No, Carlos, porfavor no. ---

--- Shss, no llores. ---

Limpia mis lagrimas, mientras yo trato de soltarme del cinturon que esta bien sujeto a mi muñecas, cuando más fuerza hago, más parece que se achica.

Sus manos grandes, Acaricia mi muslo, mientras sus labios succiona la piel de mi cuello, me siento debil al no poder hacer nada, me siento impotente, inservible. Toca cada parte de mi cuerpo sin pudor alguno. Sus labios bajan y al mismo tiempo su mano sube a mi hombro, el cual baja la tira del pillama de seda, sollozo más fuerte.

--- Por favor no. --- Suplico con voz quebrada, sin poder hacer nada mas que suplicar y llorar, mi respiración se acelera por el miedo que siento. Su boca toma uno de mis pecho el cual muerde, succiona, y chupa. Un cosquilleo recorre mi cuerpo y me remuevo.

--- ¡No! ¡Para!... ¡No!... ¡Ayúdeme!. --- suplico mietras sollozo.

No quiero, no me gusta.

El me da un golpe en mi estómago, gimo de dolor, dejo de removerme y gritar, siento cómo el aire se va de mis pulmones.

--- Te dije que te quedara quieta. ---

Mientras trataba de recuperarme, sus manos bajaron a mi intimidad, y entraron dos de su dedo. Sus labios captura mi otro pecho mientras que al otro lo masajea y pellisca, me duele.

No quiero.

--- No... --- sono como un susurro, apenas audible ante los oídos.

Despues de una eternidad, Carlos, deja de besar y sugcionar mi piel, para luego posicionarse en mi piernas, miro hacia otro lado, no queriendo cruzar sus ojos.

--- Mirame. --- manda.

Sin embargo yo no hago nada, quedo mirando un punto fijo sin querer fijarme en la realidad que me rodea, toma mi menton haciendo que lo mirara, mi ojo esta hinchado, mis labios partidos. Esto se salio de control, Carlos parece uns bestia comparado a mí, un conejo.

--- Abri tu ojos, Estare dentro de tu cabeza por siempre, nunca podras olvidarme. ---

Entra lentamente en mi, mi ojo se llena de lagrimas, el dolor y la incomodidad es insorpotable. Sollozo, lloró pero el no para.

--- No no no soltame para por favor...porfavor.

Su cosa es tan grande, no creo que entre por completo. Me duele mucho, no quiero esto, no quiero...

Sus gemidos se escuchan por toda la habitación y eso lo hace aun peor. Carlos entra en mi por completo, siento que algo se rompe y el ardor se intensifica. El dolor aun mas, es muy grande para mí. Pone mis brazos en su cuello, las lagrimas caen, Siento un liquido bajar de mi intimidad, Entra y sale lentamente, sus jadeos inunda la habitación oscura, solo alumbrando la luna y la luz del pasillo. Su cara en mi clavícula, su aliento calido, sus dientes penetrar mi piel, hasta tal punto de sangrar. Acelera sus embestidas, la tortura es aun peor.

--- ¡Ah! ¡Para! --- Empiezo a gritar.

¡Me duele!, ¡me duele!

Sus manos toman mi cadera haciendo que entre mas profundo, el sonido obsceno que proboca nuetros cuerpo a ser uno solo, lo odio.

ArabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora