capítulo 9

9 2 1
                                    

Me giré para observar a la persona. Al verlo, me quedé algo perplejo; era un niño de unos 12 o 13 años. Aunque la diferencia de edad entre él y yo no era mucha, su complexión delgada y baja estatura lo hacían ver más infantil de lo que yo llegaría a ser. Hablando de su aspecto, era evidente su albinismo: piel extremadamente pálida, ojos claros y cabello completamente blanco. Nunca imaginé encontrar a alguien así en este lugar.

Su vestimenta era particular, tonos blancos y negros que combinaban con su color de piel, manejando un estilo urbano. En la parte inferior del lado derecho de su mandíbula tenía pegada una pequeña venda, como si tuviera alguna herida en ese lugar. Tras observarlo con atención, me levanté del banco y respondí:

-Así es, yo soy Gray, y supongo que tú eres la persona a la que debo llevar al hogar Maho-. El chico asintió mientras hacía un pequeño globo con un chicle que estaba masticando. Este niño era bastante llamativo en cuanto a su aspecto. Sin más, le ordené que me siguiera mientras salíamos de la estación para buscar un taxi en el parque anterior.

Mientras caminaba con las manos en mis bolsillos, observaba al chico de reojo. Se veía tranquilo, y me preguntaba por qué Johan lo aceptaría en la organización. Aunque yo me he sentido poco relevante en este grupo debido a mi edad, me cuestionaba de qué serviría alguien aún más pequeño. El chico no mencionaba nada, como si no le interesara entablar una conversación, creando un ambiente silencioso y algo incómodo mientras esperábamos que pasara un taxi por el lugar.

Minutos después, sentí el vibrar de mi teléfono. Era una llamada de Johan, supuse que sería para preguntar cómo iba todo, así que simplemente contesté y me alejé un poco del chico para que no escuchara mucho de la conversación.

-Hola Gray, ¿cómo va el encargo?- preguntó apenas atendí la llamada.

-Ya vamos en camino, llegaremos en media hora si no tarda algún vehículo- respondí mientras me volteaba a ver al chico, quien simplemente esperaba paciente a pocos metros de distancia.

-Me parece bien. Mientras llegan, debo ajustar algunos asuntos con respecto a la reunión para tratar el tema de las subastas del próximo mes. Incluso he pensado en enviarte a este trabajo con alguien más, para que te familiarices un poco con estos asuntos- mencionó Johan mientras se podía escuchar tras el teléfono como manipulaba algunas hojas de papel.

-Prefiero hablar de eso cuando llegue a la casa. Por el momento, me gustaría saber ¿quién es el niño por el que me enviaste?- pregunté mientras observaba los alrededores.

-Haces demasiadas preguntas como es de costumbre- respondió Johan.

-Simplemente me da algo de curiosidad. Este niño parece ser incluso menor que yo. ¿Acaso la organización de Draakalp se convirtió en una guardería?- pregunté con un tono algo burlón, mientras del otro lado del teléfono se escuchó una pequeña carcajada por parte de Johan.

-Lo dices como si tú no hicieras parte de la que llamas guardería- mencionó entre risas.

-Bueno, en cierto modo tienes razón. Aun no comprendo por qué me aceptaste en la organización desde un inicio. El favor del día que nos conocimos me sigue pareciendo un motivo algo estúpido, y no veo en cómo algunos niños y adolescentes como nosotros podrían aportar a Draakalp- dije mientras notaba cómo el niño me empezaba a observar.

-Tengo mis motivos personales para tenerte dentro de mi organización, y eso no tengo necesariamente que decírtelo. Por otra parte, esta organización, a pesar de cometer actos inhumanos en ocasiones, vela por el bienestar de todos sus integrantes. Creí que ya lo habías notado- dijo Johan mientras continuaba explicando.

-¿Bienestar? ¿Qué tiene que ver este niño con la organización?- pregunté tratando de entender las razones tras el motivo de llevar a este niño a donde Johan.

-Eres algo irritante con tus preguntas, Gray. El niño que viene contigo se llama Daniel Verjo, hijo de Damián Verjo, quien era un integrante importante de la organización hasta su desaparición hace unos cuantos meses en uno de los barrios bajos de Gizemyer. Algunas personas afirman haberlo visto por última vez en un bar que frecuentaba. Además de eso, no se tiene mucha información sobre su desaparición. Los Verjo son residentes de la ciudad vecina, Damián solía venir aquí solo para realizar trabajos de nivel superior. Desde que desapareció, su hijo quedó al cuidado de algunos familiares. Sin embargo, se nos reportó que se empezaron a presentar algunas amenazas hacia el niño y la familia en general por personas relacionadas con la desaparición de su padre. Así que una prima de Damián, que también pertenece a Draakalp, nos pidió protección para Daniel mientras el peligro para la familia disminuye. ¿Ahora entiendes por qué está aquí?- me limité a escuchar atentamente mientras trataba de analizar con detalle lo que Johan me estaba informando.

-¿Entonces, hasta que no se solucione el asunto con su padre y las personas implicadas, la organización está encargada de cuidar de Daniel?- pregunté confirmando lo que me acababa de decir.

-Cuidar, somos simplemente una protección y apoyo para él. Que no te engañe, ese niño puede cuidarse solo sin problemas. Aunque claro, no contra un grupo como el que se llevó a su padre. Nadie podría solo contra una organización completa. Aun así, ese niño es aterrador en ocasiones, puede defenderse solo perfectamente- sinceramente no podía creer lo que Johan mencionaba. Era bastante pequeño y no solo en su edad; parecía indefenso y endeble. Aunque ya dicen que las apariencias engañan, así que traté de no refutar nada sin conocer realmente la situación.

-Tengo que colgar, Johan. Acaba de detenerse un taxi. Luego quisiera preguntar algunas cosas más- se escuchó como Johan soltaba aire al escucharme.

-Tus constantes preguntas me sacarán de mis casillas algún día, Gray- colgué el teléfono y me acerqué a Daniel para tomar el taxi, mientras continuaba cuestionándome si realmente este niño podría ser tan peligroso como mencionó Johan.

-¿Cuánto tardaremos en llegar, Gray?- noté cómo la pregunta de Daniel abrió paso a una conversación, lo cual mermaba un poco el nivel de incomodidad creado por el silencio.

Tablero de grises tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora