capítulo 12

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Dos semanas atrás:

-Tu puntería con las armas de fuego no es muy buena, Gray. Tal parece que no es precisamente lo tuyo- mencionó Johan durante el entrenamiento de disparo al notar cómo todas las balas impactaron en zonas alejadas del objetivo.

-Eso parece. Supongo que habrá que practicar más- mencioné algo desanimado; en el interior, sentía que tal vez la idea de usar un arma en contra de otras personas me aterraba.

-Tienes razón. Habrá que intentarlo de nuevo en otra ocasión. Sin embargo, no puedes simplemente ir por ahí sin alguna manera de defenderte. No siempre estaré ahí para ayudarte- dijo mientras tomaba algo del maletín lleno de armas en su interior y se acercaba a mí.

-Toma esto- al abrir su mano, se pudo observar una navaja de un intenso color negro que recorría desde el mango hasta la hoja; tonos plateados decoraban la empuñadura, y en medio de esta se encontraba grabado un dragón chino del mismo color. Sinceramente, me pareció hermosa. Desde hace muchos años, me habían llamado la atención este tipo de cosas: cuchillos, dagas y navajas. Me parecían simplemente atractivas.

-Te gusta, ¿no es así?- al escuchar la pregunta, solo asentí sin quitar la mirada del objeto. -Bien, veamos cómo te va con esto- procedió a entregármela; al tenerla en mis manos, pude ver un par de botones de acero en la parte superior de la empuñadura.

-¿Una navaja semiautomática?- pregunté mientras presionaba uno de los botones y rápidamente la hoja afilada salió de la empuñadura.

-Así es. Con solo presionar el botón, saldrá la hoja, como puedes ver. Es bastante útil y práctica, ¿no lo crees?- asentí con la cabeza nuevamente al escuchar su pregunta. -Bien, en lo personal, me gusta guardarlas en el pequeño bolsillo que traen los pantalones, hechos para guardar los relojes de bolsillo. Al ser pequeño, te dará el espacio justo para guardarla, y no correrás el riesgo de que la hoja se abra en un descuido porque estará bien asegurada en ese lugar- dijo Johan mientras organizaba algunas cosas para continuar con el entrenamiento.

-Además, si la guardas con el grabado apuntando hacia ti, te dará más dinamismo y rapidez a la hora de sacarla- continué escuchando mientras guardaba la navaja tal y como él me lo había indicado. -Muy bien, saca las manos de tus bolsillos y muéstrame tu destreza con esa cosa-

De vuelta en el presente:

Mi mirada se nubló por un momento, mi mente se puso en blanco, y por alguna extraña razón, mi instinto provocó que sacara las manos de mis bolsillos en un ágil movimiento, sacando así aquella navaja negra que, con un sonido de choque, indicaba que la hoja estaba afuera de su empuñadura tras presionar el botón, mientras con mi mano izquierda detuve la mano de Axel y, yendo por sus piernas, lo desequilibré fácilmente llevándolo al suelo mientras caía sobre él con mi navaja presionando su garganta y sujetando con fuerza la mano que anteriormente tenía la intención de tocar mi rostro.

¿Qué es eso en su mano? Al mirar detenidamente, se pudo notar una pequeña cuchilla de afeitar escondida entre sus dedos. ¿Qué demonios pasaba por la mente de este tipo? El evidente alboroto causado llamó la atención de Johan y los demás presentes en el lugar, quienes interrumpieron su charla para correr a detener lo sucedido.

Tras Johan apartarme del sujeto, pude notar mi respiración agitada y mis palpitaciones rápidas y constantes. -¿Sucedió algo, Gray?- no pude responder al instante; de cierto modo, me faltaba el aire y mi corazón latía tan fuerte que parecía que saldría disparado de mi pecho.

-No sucedió nada, señor- dijo Axel mientras se ponía de pie con esa misma sonrisa escalofriante de antes. A su vez, se pudo notar cómo escondía la cuchilla rápidamente en el bolsillo de su abrigo. Johan guardó silencio y se limitó a observar a Axel con una mirada asesina.

-Señor, ese niño está loco. Es solo un obstáculo para la organización- mencionó el tipo de traje que antes fue amenazado por Johan.

-Creí haberlo dicho claramente- mencionó Johan mientras se ponía de pie y se acercaba a Axel de forma intimidante sin quitarle la mirada de encima.

-Señor, le aseguro que yo no hice nada- ahí estaba de nuevo, esa ridícula forma de hablar, tratando de sonar simpático con un tono cómico pero estúpido. Era un desquiciado.

En un breve movimiento, Johan levantó su mano izquierda con su arma en mano y sin quitar su mirada de Axel disparó hacia su costado, donde se encontraba el sujeto del traje, incrustando una bala fríamente en su cráneo, cayendo muerto casi al instante.

-Me pareció haber dicho que no quería más quejas con respecto a que Gray esté aquí- ni siquiera volteó a ver a su víctima; su mirada caía sobre Axel, quien solo pudo responder con una mirada inundada de temor.

Por otro lado, el compañero del sujeto del traje se acercó rápidamente a él y tomó sus signos vitales, mientras su sangre recorría su rostro y su cuerpo inerte se encontraba justo en frente de mí. Acababa de presenciar cómo Johan asesinó a un sujeto por mi culpa; la mirada de odio del compañero del sujeto fue evidente, llena de rencor, mientras sacaba su arma y otro sonido de bala resonó por el lugar, el cuerpo del otro sujeto de traje caía al suelo con un disparo en su pecho, Johan ni siquiera le dio tiempo de sacar por completo su arma y no dudó en dispararle sin siquiera mirarlo.

-Aquellos que empuñen un arma contra sus superiores no son más que escoria. No me sirve de nada tener a un par de inútiles como ustedes en Draakalp. Mientras tanto, tú...- guardé su arma y tomé a Axel del cuello de su abrigo -espero que te haya quedado claro lo que le pasa a aquellos que no dan importancia a mi palabra. Si no quieres que Gray acabe personalmente con tu miserable vida, aparta tus sucias y asquerosas manos de él. Tu utilidad aquí es solo en los negocios; en batalla, eres tan inútil como un gusano. Creo que ya notaste que este niño podría matarte con facilidad.-

Axel tragó grueso, invadido por el temor -sí, señor... Entiendo perfectamente.-

Dicho esto, Johan lo soltó y le propinó un fuerte golpe en su mandíbula, lanzándolo al suelo -quedas advertido, maldito depravado. La reunión ha concluido. Ya saben cuál es su trabajo. Vámonos de este lugar.-

Coloqué mi mano en mi hombro mientras nos dirigíamos a la salida. Sin embargo, no podía ni siquiera levantar la mirada. Estaba procesando aún lo que había acabado de ver. Como dos personas perdieron la vida por mi culpa, es la segunda vez que veo a las personas morir justo frente a mí. Pero por alguna razón, en esta ocasión no sentí tanto terror como hace casi 6 años en ese viejo bar.

Tablero de grises tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora