prologo

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(...) Una gélida brisa a traves de la ventana me despertó aquella mañana a una hora poco habitual de la rutina del hogar, la ventana se encontraba entreabierta dejando irrumpir pequeñas olas de viento helado a mi habitación; eventualmente, siendo tan temprano nadie se habría levantado aún; sin embargo, el clima a simple vista deprimente y silencioso me impedía conciliar nuevamente el sueño.

Decidí levantarme, tomar un abrigo y bajar en silencio a preparar un poco de café caliente para cuando los demás despertarán. Mientras bajaba las escaleras mis ideas fueron interrumpidas por el timbre del teléfono fijo, -¿Una llamada?- me cuestione a mi mismo en voz baja, puesto que era extraño que alguien necesitará algo a una hora cerca de las seis de la mañana, a pesar de eso, tras unos segundos tome el teléfono y atendí.

-¿Hola?- saludé confuso al no saber quién era o que necesitaba

-Sabia que responderias- menciono aquella fastidiosa y particular voz a la que ya me había acostumbrado días atrás, aunque su tono burlón y entonación grave me resultaban desagradables aún.

-Ya me imaginaba que fueras tú- exclamé con un tono disgustado -¿Cómo sabías que estaba despierto?- mi pregunta me hacía sonar algo molesto, y de cierto modo así me encontraba debido a sus constantes llamadas.

-Eso no importa ahora, sabes que soy consciente de todo lo que ocurre en esa casa- menciono con algo de arrogancia -solo quería saber ¿cómo va lo planeado?-
Su insistencia no me sorprendía.

-Tan desesperado como siempre ¿Verdad?- dije en forma de burla -los peones ya se empiezan a mover por el tablero, sin embargo, bien sabes que al ser los más pequeños es difícil hacer algo rápido y precipitado- trate de aclarar que todo marchaba bien y no era necesario que estuviera ansioso por el resultado.

A través del teléfono resonó una ridícula risa de su parte -es curioso que lo compares con un juego de ajedrez, nunca he visto a los peones tratando de derrocar a su propio rey- su voz sonaba como si se estuviera hablando de un tema cómico, lo cual era irritante -aun así se precavido, sabes que él es bastante astuto, podría darse cuenta si cometemos un error- estas palabras sonaron un poco más serias de su parte.

-Es verdad, después de todo tu lo conoces mejor que yo ¿No es así?- comenté siendo yo esta vez quien con una sonrisa burlona y llena de arrogancia le respondía.

-Despues de todo es mi hermano, se que corremos riesgo- su común forma de hablar como si de un bufón se tratase había cambiado completamente, se notaba preocupado está vez -lo conozco perfectamente- afirmó.

-Y es claro el motivo por el que dices conocerlo perfectamente ¿No es así?- mencioné con la intención de como quién cree saberlo todo.

-¿A que te refieres?- preguntó con una voz temerosa.

-A que ya se quien eres en realidad...- la seguridad en mis palabras lo hicieron guardar silencio por un instante.

-Jajajaja nada mal chico, no me esperaba que fuera tan fácil para tí- mostrando su verdadera voz desgastada de siempre solo se reía levemente de la situación.

-Ahora es donde el verdadero juego completa sus piezas nuevamente.... ¿No lo cree así? Fundador- Con estás palabras colgué el teléfono, esperando su obvia llegada(...)

Tablero de grises tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora