Tablero de grises tinieblas

capítulo 26

Abrí la puerta de la habitación con timidez, la luz estaba apagada y solo iluminaba una pequeña lámpara sobre la mesa de noche, al lado, sentada en el borde de la cama se encontraba Sara, con un pijama que constaba de un corto y delgado vestido color negro, al observarla, el calor subió a mi rostro, la incomodidad de la situación provocaba estás reacciones infantiles de mi parte.

-Tardaste mucho en subir Gray ¿Cómo siguen tus heridas?- pregunto Sara con su tono sereno y amable.

-Eh, bueno, en realidad siguen igual- cerré la puerta con movimientos torpes mientras me acercaba con mirada nerviosa -Creí que ya estabas dormida-

-La verdad no sabía si querías dormir a la orilla de la cama o al rincón, así que decidí esperarte- dejó escapar una pequeña sonrisa al notar mi timidez.

-¿En serio estás de acuerdo con que compartamos la cama? Es decir, no te conozco- mencioné con voz temblorosa.

-Así es, no te conozco, pero si mi hermano me dice que lo haga simplemente lo haré y ya está, además se ve que él confía en ti ¿de qué debería temer?- respondió.

-Hasta pareciera que harías cualquier cosa solo si te lo ordena tu hermano- le dije mientras me sentaba a su lado.

-Debo hacerlo, de cierta manera se lo debemos- miró hacia el suelo al hablar.

-¿Se lo deben?- pregunté confundido.

-Él fue quien nos salvó del infierno en el que vivíamos, lo mínimo que podemos hacer es obedecer, así podríamos evitar esa parte de nuevo- su tono de voz sonaba melancólico y deprimente.

-¿A qué te refieres con... Esa parte?- sentía que en vez de obtener respuestas solo generaba más incógnitas está conversación.

-Él no es tan confiable como pare...- decidí detenerla tocando su hombro.
Disimuladamente señalé la cámara de la habitación, precavido de que tal vez dijera algo que le disgustara a Johan, ya que, presentí que sería algo que no se podría decir a los cuatro vientos.

-Eso es nuevo- mencionó Sara a modo de susurro.

-Si te parece bien yo dormiré en el rincón, así tendrás más espacio y podrás levantarte si lo necesitas- cambie de tema volviendo a lo que para mí, ahora representaba un gran dilema, dormir junto a una chica que no conocía, que no solamente demostraba ser exageradamente sumisa, sino que también su hermano es un sociopata desquiciado que nos observa las 24 horas del día y que disfruta al involucrarme en este tipo de cosas.

-Está bien, como tú quieras Gray- tras mencionar esto ambos nos dispusimos a dormir.

Que calor hace, no sabía que tener a alguien tan cerca al tratar de dormir sería tan sofocante ¿O tal vez, acaso aún no superó está incomodidad? Aun así no creí que un cuerpo humano emitiera tanto calor, y el que la cama sea algo pequeña solo empeora el momento, no quiero moverme, al parecer ya se durmió ¿Qué tal si la despierto al tratar de acomodarme? Maldición, todo indica a qué está será una larga noche.

Al día siguiente desperté casi a las 11:00a.m. con algo de dolor en mi cabeza y algo desconcertado.

-Carajo, que asco de noche- dije mientras estiraba mi cuerpo.

Decidí levantarme y dirigirme al baño, al mirarme al espejo me vi como muerto en vida, solo fue una noche sin dormir de forma adecuada y aun así me veía terrible. Tras cepillarme y lavar mi rostro decidí bajar a la primera planta donde me esperaba Johan preparando el almuerzo junto a Daniel.

-Al fin despiertas maldito perezoso- menciono Daniel con su tono irritante.

-Callate albino, a ti no te toco dormir con una mujer que apenas conoces- respondí mientras me servía una taza de café.