Daniel y yo corríamos apresuradamente hacia la salida de la zona 50, con nuestros objetivos cumplidos, solo nos quedaba la parte más complicada: escapar.
-Oye, albino, ¿tienes alguna idea de cómo saldremos de aquí?- pregunté con la respiración agitada al cruzar la habitación número 53.
-En esa zona ya no hay guardias, me encargué de ellos antes de entrar. Nadie se interpondrá en nuestro camino, siempre y cuando tengamos suerte- mencionó, visiblemente afectado por sus heridas. -¡Gray, cuidado!-
Cerca de la salida, Erick Galang apareció corriendo con prisa, deteniéndonos con disparos al suelo.
-Así que Emma tenía razón. Un par de intrusos estaban causando alboroto en la base. Tu jueguito se acabó, chico- dijo enojado, pero sin reflejar intenciones homicidas.
-No creí cruzarme contigo tan cerca de huir, fundador- dije, temeroso de lo que sucedía.
-No permitiré que un par de mocosos me vean la cara dentro de mi propia organización- su arma apuntaba claramente hacia mí.
Observé a Daniel, sabiendo que no dudaría en disparar. Debía actuar como distracción para que él pudiera hacerlo.
-¿Qué pretendes hacer, topo?- pregunté buscando distraerlo.
-¿Qué clase de pregunta es esa? Obviamente no los dejaré escapar de este lugar- aún mantenía su arma en alto.
-¿Qué te parece si hacemos un trato?- dije nervioso.
-¿Un trato? ¿Acaso perdiste un tornillo?- Erick se rió un poco.
-Así es- debía darle a Daniel la oportunidad de disparar. -Verás, puedes quedarte conmigo y matarme si así gustas- me acerqué lentamente a Daniel. -A cambio de que dejes escapar a este chico. A diferencia de mí, él sí tiene un propósito y un verdadero motivo para vivir- mencioné mientras extendía mi brazo frente a Daniel.
-¿En serio ahora vas a defenderme?- preguntó Daniel al ver cómo lo cubría con mi brazo.
Me giré para ver a Daniel y brindarle una risa de confianza.
-¿Pero qué estupideces dices, niño? No dejaré que ninguno de los dos...- Erick se vio interrumpido por el sonido de un disparo.
Una bala salió de la pistola de Daniel, impactando en el pecho de Erick. -Que bueno que caíste en cuenta, de lo contrario ese tipo nos hubiera atrapado- dije aliviado.
-Mejor cállate y corre, idiota- me tomó del brazo, llevándome hacia la salida.
Agité mi brazo y comencé a correr. -¿Qué sucede?- pregunté preocupado.
-El disparo dio en su pecho. ¿Acaso viste al menos una gota de sangre?- preguntó Daniel mientras salíamos a la superficie.
-Creo que no. Eso significa que...- tropecé casi cayendo al suelo.
Daniel tiró de mi ropa, haciéndome recuperar el equilibrio. -El desgraciado trae un chaleco antibalas. Eso solo nos dará unos segundos antes de que vuelva a levantarse. El disparo solo le causará algo de dolor, pero no lo inmovilizará- mencionó mientras corríamos hacia un puente cercano.
-Si continuamos a pie, no tardarán en alcanzarnos. Debemos encontrar un lugar para escondernos- mencioné mientras me tambaleaba agotado.
-Sabes, a pesar de ser un gallina, eres bastante astuto. Aunque si Erick no fuera alguien tan confiado, te hubiera disparado apenas te acercaste a mí- dijo Daniel con su respiración agotada.
-Bueno, tenía que arriesgarme. Sígueme, conozco a alguien por aquí que podría ayudarnos- dije mientras doblábamos en la esquina y entrábamos en un callejón.
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Tablero de grises tinieblas
Misterio / Suspenso¿Guardas esperanza? Que contradictorio ¿no lo crees? La esperanza puede ser aveces el mayor consuelo de un futuro renovado, pero a su vez, hace el pasar de los minutos una angustia incesante, bienvenido al irracional e injusto juego de ajedrez al qu...