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En el gran Museo Británico de Historia, las personas se amontonan en la taquilla para conseguir cupos de paseos guiados. No es porque estén realmente interesados en la historia, sino en la persona que da los recorridos por el lugar. Ahkmenrah, además de elocuente con sus palabras al hablar sobre la historia, es realmente guapo. Todos allí lo sabían y aceptaban. No importaba mientras consiguiera dinero para el museo, había decidido Tilly.
—¡Es tan guapo! —una chica de preparatoria chilla cuando ve a Ahkmenrah. Está esperando a que el recorrido comience, emocionada por poder estar al frente del grupo.
—Seré sincera. —su mejor amiga, a su lado, le dice. —Pensé que estabas exagerando, pero realmente es guapísimo.
Mientras las niñas murmuran y ríen, imaginando tener una oportunidad con el guía del museo, alguien aparece y las sorprende.
—¡Ahkmenrah! —un hombre con uniforme de bombero y una melena rubia y perfecta entra al museo, pasando al lado del grupo de personas que esperaban pacientemente.
Un poco a la distancia, Ahkmenrah estaba resolviendo algunos problemas con "Theodore Roosevelt", acerca de una exhibición. Cuando escucha que le llaman, de inmediato reconoce a la persona escanalosa que acaba de llegar.
—Lance. —sonríe de inmediato, recibiendo al bombero, quien le alza en un abrazo y le da una pequeña vuelta. El hombre que hace de Theodore sonríe feliz por la joven pareja, saludando a Lance antes de permitirles un pequeño momento. Todos aquí lo conocían y sabían sobre la relación que mantenía con Ahkmenrah. —¿Qué haces aquí?
—Estaba almorzando cerca, así que quise pasar a saludar. —Lance baja a Ahkmenrah, pero realmente no quiere soltarlo. —Te traje estas flores. —muestra lo que lleva en la mano, entregando el ramo a Ahkmenrah, quien se sorprende y sonríe con cariño mientras las acepta. —¿Te gustan? —Lancelot pregunta con emoción. En su pequeña burbuja, Ahkmenrah lo veía de manera adorable, desde otro ángulo...
—Bueno... —la estudiante ve a su amiga. —Perdimos. —dice con una sonrisa de derrota. Los corazones que desprendían esos dos saltaban hasta allí, el rubio que había llegado tenía la apariencia de un Golden Retriever al rededor de Ahkmenrah, saltando a su lado mientras menea la cola por la felicidad. Incluso cuando Ahkmenrah dice algo y acaricia su cabello, parece un perro feliz de ser reconocido por su amo, saltando al frente para abrazarlo y besarlo.
—Él también es guapo. —su amiga menciona después de un análisis rápido al bombero.
—Es bombero. —la primera chica dice con obviedad. —Todos los bomberos son sexis.
—Cierto. —observando con atención, aquel hombre era un bombero sexi, pero también un adorable cachorro devoto.
Despidiéndose de Ahkmenrah besando el dorso de su mano, le mira con amor y una sonrisa brillante antes de tener que irse para seguir trabajando. Al pasar por el grupo de personas esperando por Ahkmenrah, cruza miradas con dos estudiantes, a las cuales saluda con una sonrisa cordial y un guiño.
Conquistadas, las chicas ahora tienen más de una razón para gastar su mesada en el museo. ¿Quizás debían intentar conseguir un recorrido por la estación de bomberos?