II

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   El Museo Británico de Historia había abierto una nueva área: "Documentales y películas de la historia y maravillas de Inglaterra" lo que no sólo había emocionado al público inglés y visitantes extranjeros, sino que también a las exhibiciones que pertenecían allí. Ahora, cada noche, totalmente emocionados, todos los que podían y estaban interesados se reunían en aquel gran salón y esperaban ansiosos a que Tilly colocará la película de la noche. La mayoría eran de historia, para que muchas de las exhibiciones allí pudieran entender sobre el nuevo mundo que se desarrollaba afuera, otras veces sólo eran películas antiguas o actuales recién estrenadas.

Esa noche muchos estaban emocionados por la función que se daría: "La galaxia, un mundo por descubrir" sobre todo, Ahkmenrah, a quien siempre le había gustado ver las estrellas y saber sobre el mundo.

Despertando, rápidamente quita la tapa de su sarcófago y sale de el para correr como puede por los pasillos del museo hasta la sala donde se dará la película. Quiere escoger un buen puesto y como se ven las cosas en el museo esa noche, muchos planeaban pasar las horas viendo aquella película.

Cuando logra entrar detrás de unas esculturas griegas, comienza a buscar un lugar donde sentarse, perdiendo la sonrisa y la emoción cuando no logra encontrar nada. Comienza a pensar que es mejor esperar a una segunda función o tal vez otra noche, cuando escucha ha alguien llamarle.

—¡Su alteza! —Ahkmenrah busca con la mirada hasta que encuentra al propietario de aquella fuerte voz. Lancelot está hasta la primera fila, realmente cerca a la pantalla de tela, saludándolo con la mano para que logre verlo.

Extrañamente, esa noche no lleva la armadura, dejando sólo a la vista las ligeras y cómodas telas medievales que siempre se encontraban bajo el metal. Ahkmenrah se acerca, se disculpa y pide permiso mientras pasa entre las demás exhibiciones en el lugar.

Cuando llega frente a la pantalla, el príncipe egipcio nota que el caballero está sentado en uno de esos cojines redondos y cómodos que ha visto en la oficina de Tilly. A su lado, se encuentra otro desocupado. Lancelot se levanta ante su presencia, haciendo una pequeña y típica reverencia ante él. Ahkmenrah asiente, porque realmente ya se ha cansado de decirle que no es necesario que lo haga, así que cedió ante él.

—Si esta de acuerdo, le he guardado un puesto a mi lado —dice cual caballero que es, mientras señala el otro cojín circular. Radiante, Ahkmenrah acepta con una enorme sonrisa.

—Muchas gracias —dice sentándose en su lugar, esta realmente agradecido por lo que ha hecho Lance.

Las luces del lugar se apagan y sólo se escuchan pequeños murmullos de los demás. Desde donde está, Ahkmenrah no puede ver con claridad el rostro del caballero, quien gira a verlo y le sonríe cuando siente la mirada del egipcio sobre él. Ahk se apena de ser atrapado, girando la mirada al frente demasiado rápido para saber que Lance sonrió de lado. La película comienza.

Es realmente interesante, al punto en que todos se quedan callados y sólo ocasionalmente se escuchan "oooh" y "uuuh"  cuando se habla de algún dato interesante.

Ahkmenrah está demasiado entretenido e interesado en el documental como para notar que Lancelot se a acercado mucho más a él. Sólo es cuando gira a ver al rubio, que se da cuenta de su cercanía; sus rostros se encuentra demasiado cerca.

—¿Te esta gustando la película?— susurra Ahkmenrah con las mejillas calientes por la cercanía. Lancelot tarda en encontrar su voz, pero lo hace y le susurra de igual manera al faraón.

—Si. —mintió, realmente había estado todo el rato viendo al hombre a su lado.

Ante la nula fuerza de ambos para apartar la mirada del otro y sin saber que más decir, comenzando a sentirse incómodo, Ahkmenrah se aventuro a preguntar.

¿Sería muy descortés de mi parte pedirle su hombro para apoyarme? — Ahk no podía ver mejor momento para intentar un acercamiento más íntimo con el caballero, que ese. Luego de semanas de haber descubierto lo agradable que era la compañía del rubio y que no quería a nadie más a su lado, ansiaba encontrar momentos para demostrar sus intenciones de cortejo.

P-por por supuesto alteza. — titubeo Lancelot brevemente.

Gracias. —sonrió Ahkmenrah apoyando su cabeza en el hombro del rubio, volviendo a ver el documental.

Congelado y rígido como una estatua, Lancelot podía sentir el calor de la pena llenarlo por completo. Incluso cuando era de cera, no podía dejar de imaginar sentir su corazón latir con fuerza.

Cuando la proyección de la noche acabó y las luces volvieron a encender, caballero y faraón se encontraban acurrucados uno junto al otro, casi sobre el mismo cojín.

—Esperen. —interrumpió Octavio el momento; al parecer las figuritas en miniatura estaban también allí. — ¿Ustedes están en algo?

Ahkmenrah y Lancelot se miraron por un momento, ambos sin moverse del lado del otro, riendo sin poder evitarlo. No era realmente necesario decir nada.

O.S 🌸 [Ahkmelot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora