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Las tribunas coreaban las canciones de los clubes, junto a celebraciones y acciones que motivaban al jugador a demostrar lo mejor de si en el campo.
Aunque los colores de las camisetas se dividían en varias secciones al caminar por los asientos de las personas, todos tenían el mismo objetivo con su equipo favorito, que ganará el partido.
Aunque el clima de Madrid no estaba tan amigable como otras veces, se podía jugar a la perfección, solo que la temperatura bordaba los 10° o 12° grados centígrados, era de noche obviamente el clima no iba a estar amigable.
Los futbolistas cargaban sus uniformes pero estaban bien abrigados, en la mañana, las noticias habían informado de una posible lluvia por las noches, las nubes se veían grises y apagadas, digamos que estaba nublado aunque a mi gusto. Aburridas por más que amaba la naturaleza.
Amaba las tardes con sol, brisa y helado de vainilla. Por más que en estos momentos era todo lo contrario.
—Martina, ¿no tienes frío?— la mire.
La mujer cargaba un short negro tipo deportivo, que hacía resaltar su esbelta silueta, unas zapatillas completamente blancas y una camiseta negra manga larga.
—Solo un poco, no pensé que hubiera tanto frío hoy— dijo abrazándose a ella misma.
Todo lo contrario a mi, tenía un pantalón suelto y un poco rasgado de color azul claro, una camiseta manga larga negra, una chaqueta del mismo color, cabello suelto y unas zapatillas nike blancas.
Digamos que estaba bien abrigada para la ocasión.
Nos sentamos en nuestros asientos, gracias al puesto de trabajo de el papá de Martina, logramos conseguir entradas VIP, en primera fila de los bancos reservados para las personas con esa accesibilidad.
—¿Y Jude?— murmuro la azabache buscando con la mirada a el susodicho.
—No lo v-...— me quedé callada al verlo salir a la cancha, junto a Rodrygo, Vini y Cama.
Esos eran un cuarteto de pura diversión, parecían hermanos. Jamás se separaban.
Lo mire atentamente, las personas empezaron a corear los nombres de todos los presentes que iban saliendo al campo a calentar junto a los demás de el plantel.
Jude volteo mirando a la gente y dedico una sonrisa alzando los brazos, justamente. Su mirada choco con la mía al bajar la mano, sentí una corriente al mirarlo, su mirada imponente era un poco manipuladora con mis 5 sentidos.
El me sonrió de oreja a oreja alzando la mano y saludandome, acto seguido. Pude saludarlo de la misma manera antes de que volteara para seguir con su labor.
—Que miraditas ehh— jodió mi mejor amiga.
—Martina, no empieces— reclamé cruzandome de brazos.
