Mire a mis padres entrar, ellos con una sonrisa de oreja a oreja, me imaginé que la reunión saldría perfecta, como siempre lo decían. Venían con algunos regalos en mano. Ellos nos miraron a Mateo y a mí.
La sangre recorría mis venas, no era una persona de pelear o discutir. Me enojaba con cualquier cosa pero jamás gritaba o me alteraba, simplemente, lloraba.
Mi padre dejo las cosas y abrió los brazos en busca de estrecharme en ellos pero me aleje, dejando que la sonrisa en sus labios se desapareciera.
—¿Pasa al-..
—¿Pueden decirme por qué hicieron eso sin mi permiso?— dije con seguridad.
Ellos se pusieron pálidos, entre risas fruncieron las cejas. Cómo si lo que estuviera diciendo fuera un chiste.
—Hija, ¿dormiste mal?— sonrió mi madre.
Rodé los ojos y saque el sobre que tenía en mis manos.
—¿Cuando pensaban decirme?— señale la carta de transferencia.
Mi padre se puso serio e intentó arrebatarme el papel de las manos pero le fue imposible.
—La decisión está tomada Valentina, te irás quieras o no.
El papel lo arrugue en mis manos viendo la desaprobación de mi padre.
—No se cuando van a entender que soy mayor de edad, que tienen que consultarme MIS cosas— refute molesta.
—Desde cuando nosotros te enseñamos a revisar cosas ajenas.
—¿Es enserio?— mire a mi madre. —¿Estan reclamando algo que USTEDES hacen primero?, esto es increíble.
—Valentina, no me importa que digas o que pienses, simplemente te vas a ir y listo— murmuró mi padre enfurecido.
Suspire y la sangre recorría mis venas, las lágrimas se apoderaron de mi y brotaron una vez más. Mire a Mateo que estaba apoyado a una pared, con molestia igual que yo.
—La transferencia de ambos es en menos de un mes— dijo mamá.
—Hagamos un trato— murmuró Mateo. —Que nos transfieran a la misma universidad para poder vivir juntos, por lo menos.
Mi padre se puso un dedo en la barbilla y suspiro.
—Si con eso van a dejar de llorar, me parece buena opción.
Sonreí irónica secando mis lágrimas.
—Los odio, juro que los odio— susurré dándome la vuelta y caminando por las escaleras.
Llegué hasta mi habitación y entre cerrando de un portazo, camine sin muchos ánimos hasta la cama y me tire secando mis lágrimas, no quería llorar ahora, mucho menos por ellos.
Mi teléfono vibró y mire un mensaje de Jude en la casilla de notificaciones.
“Estas ocupada??”
Suspire tomando aire, le había prometido una llamada a Jude para hablar un poco ya que no habíamos podido hablar bien en el Bernabéu.
Le respondí con un simple “No :)”, de inmediato la llamada se cruzó por la pantalla del celular.
Atendí y escuché una risita de Jude.
—Buenas noches profesora— murmuró.
—Hola, Jude— suspiré.
—¿Cómo estás?
—Fatal.
Se escuchó un silencio en la llamada, como si el estuviera pensando algo.
—¿Jude?— fruncí las cejas.
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𝐅𝐈𝐄𝐁𝐑𝐄│𝖩𝗎𝖽𝖾 𝖡𝖾𝗅𝗅𝗂𝗇𝗀𝗁𝖺𝗆
Fanfiction🏆📚 ¡𝗙𝗜𝗘𝗕𝗥𝗘 𝗛𝗜𝗦𝗧𝗢𝗥𝗬! │𝖻𝖺𝖻𝗒, 𝗂 𝗅𝗂𝗄𝖾 𝗒𝗈𝗎 𝗌𝗍𝗒𝗅𝖾. ❝𝖤𝗅 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝖾𝗌 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝖾𝗌𝖺𝗌 𝗆𝖺𝗇͂𝖺𝗇𝖺𝗌 𝖼𝗈𝗇 𝖾𝗅 𝗌𝗈𝗅 𝗋𝖺𝖽𝗂𝖺𝗇𝗍𝖾 𝖾𝗇𝗍𝗋𝖺𝗇𝖽𝗈 𝗉𝗈𝗋 𝗅𝖺 𝗏𝖾𝗇𝗍𝖺𝗇𝖺, 𝗍𝖾 𝗂𝗅𝗎𝗆𝗂𝗇𝖺 𝖾𝗅 𝖺𝗅𝗆𝖺 𝗎�...