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22 de agosto | Madrid.



Jude Bellingham




—Jude tío, venga que estás de coña— murmullo Brahim mirando las fotos que recorrían las redes sociales y portales de noticias, solo mire a un lado moviendo una de mis piernas con cierta ansiedad.

—Valentina no te quiere ver ni en pintura— hablo Vini, con un tono de voz preocupado ya que hasta hace unos momentos Martina había mandado textualmente que no se le acercara a Valentina, ella no lo quería ver.

—Joder, pero como no me va a querer ver si ni siquiera le eh explicado— dije frustrado, pensando las mil maneras de cómo hablar con Valentina, ya había dejado mil llamadas y mensajes hacia su celular pero, nada.

—¿Como se te ocurre hablar con esa tía?— pregunto en un tono amargado Brahim.

Alce los hombros y sentía que la tensión y la frustración me iban a matar, mi pierna se movía sin parar, la ansiedad aumentaba con solo comerme la cabeza que la podría perder por no haber hablado antes con ella.

—Todo por el puto teléfono— susurré sabiendo que me habían robado el celular, sin poder tener las conversaciones que demostrarían la verdad.

—¿Ni siquiera hiciste copia de seguridad?— alzó la mirada Vini, intentando buscar una solución.

—Pero si ni usaba el celular— me queje acordándome que había tenido que actualizar muchas cosas pero por irresponsable no lo hice.

—¿Y ahora como piensas hacer que Valentina te crea?— pregunto el, con un toque de frustración en sus palabras.

—Pienso hablar con Carolina— confesé con la mirada perdida en un punto fijo mientras que mis dedos se apretaban en mi barbilla.

El brasileño se empezó a reír y negó rápido cuando habló, él se levantó del sofá y se acercó a mi.

—¿Y que le piensas decir?— se cruzó de brazos. —¿Que te preste su celular para comprobar que ella fue la que prácticamente te amenazo?

—Joder no se, estoy pensando, cállate un puto segundo— me estrese.

Suspire tirándome hacia atrás y me tape los ojos con mis brazos, sentía que sudaba frío entre los nervios de todo lo que estaba pasando, era jodido, sentí que se me prendió el foco y me levante.

—Vini, mi celular— dije estirando mi mano y mirando hacia todos lados en busca del teléfono móvil.

El brasileño se volteo y agarró mi celular, lanzándomelo con cuidado y lo agarre rápido, suspire y le mandé un mensaje a Carolina. "Estás ocupada?"

—¿Qué piensas hacer?— frunció las cejas Brahim hablando en un tono de burla al verme tan desesperado de repente, él se empezó a carcajear mirando a Vinicius ya que ambos no entendían nada.

—Pienso encontrarme con Carolina— murmure serio, mirando mi celular esperando que esa notificación de instagram de Carolina me llegara.

—¿Qué?, ¿estás loco tío?— dijo de nuevo el español, acercándose para ver que estaba mirando en mi celular y arrebatándomelo de las manos.

—Ustedes cállense, yo se que hago— suspire intentando calmarme y sonar seguro y tranquilo de mis palabras, por fuera, porque por dentro estaba loco por ir a buscar a Valentina.




























Valentina





Estaba acostada en mi cama, mirando hacia el techo, ya había dejado de llorar, ahora simplemente me sentía vacía, en el fondo decepcionada de todo, no sabía que pensar, la mitad de mi cabeza me decía "escúchalo" y la otra mitad "te traicionó", quizás sentía que mi mente estaba muy vulnerable en estos momentos, es que; sanar sola no es fácil.

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⏰ Última actualización: Sep 27 ⏰

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𝐅𝐈𝐄𝐁𝐑𝐄│𝖩𝗎𝖽𝖾 𝖡𝖾𝗅𝗅𝗂𝗇𝗀𝗁𝖺𝗆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora