𝐅𝐈𝐄𝐁𝐑𝐄│𝖩𝗎𝖽𝖾 𝖡𝖾𝗅𝗅𝗂𝗇𝗀𝗁𝖺𝗆

17

El día empezaba, era una nueva vida para mí, un nuevo ambiente, necesitaba conocer los mejores lados de la decisión que me separaba de mi vida cotidiana en España.

Me levanté temprano, aún no sabía a qué hora debía asistir a mis primeras clases, en Grecia todo era muy diferente. Mateo, como siempre, seguía durmiendo, me puse de papel de hermana y hice el desayuno, unos huevos revueltos, tocino frito y dos tostadas, claro y un café.

Camine hasta la habitación de Mateo y como pude lo desperté.

—Mateo es en serio— me queje. —¿Puedes dejar lo flojo?

El solo soltó un quejido y se tapo con las sábanas.

—Mateo, cuento hasta diez.

No escuché respuesta de su parte.

—Uno.

2; 3; 4; 5; 6; 7; 8; 9...

—Okey, a las malas entonces— sonreí echandole agua.

El se despertó rápidamente por el frío que sintió en toda su espalda, era agua con hielos.

—Valentina, ¿quieres que te mate?— me miró mal.

—Tome, desayuné, mal agradecido.

El rodó sus ojos y tomo la bandeja junto al plato de comida.

—¿Qué hora es?— me miró todo dormido.

Rei y salí de la habitación.

—¡Valentina son las 6:00 de la mañana!

Rodé los ojos divertida y entre a mi habitación a alistarme.

Jude

La mañana comenzaba como un día normal, tenía la costumbre de despertarme temprano para correr en la caminadora y hacer un poco de ejercicio antes de ir a Valdebebas.

Al bajar encontré a mi hermano Jobe, que había venido a visitarme unos días gracias a que tenía permiso en su club.

—No sabía que estabas despierto— murmuré tomando un vaso de agua.

—En Inglaterra me levanto a esta hora— murmuró. —Quiero que hablemos.

Alce las cejas y lo mire extrañado.

—¿A qué te refieres?— me incline en el marco de la puerta de la cocina.

—En la cena de ayer estuviste muy raro Jude, muy callado— dijo extrañado.

Desvíe la mirada sabiendo el principal motivo por la cual estaba así, Vini me había contado que Martina estuvo llorando todo el día porque se había ido Valentina, eso me tenía con una incomodidad desde la mañana en el entrenamiento.

Sentía un dolor en la boca del estómago, me había dado cuenta que si había empezado a sentir algo por ella, no era algo ligero o pasajero, era algo más que eso.

—¿Qué te tiene así?

Suspire frustrado.

—No es nada, quizás el estrés de la champions.

—¿Solo eso?, te conozco Jude, soy tu hermano.

—Si es solo eso— menti.

—Jude, tu eres carismático, te ríes por todo, mamá está preocupada por tu actitud ayer.

—Pero no es nada— lo mire intentando hacer que me crea.

—Creo que te dije lo malo que eras mintiendo, ¿no?