Extra #2

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Narra Sora:

Me encontraba en un parque junto a Satoru, y nuestra mascota Kitty, que es una gata gordita. Satoru me convenció de poder tenerla en casa, y es muy Mimosa.

Aunque no le gusta caminar. A veces hemos pensado en reducir sus porciones de comida ya que es muy gordita, pero nos causa más ternura estando así.

—Sabes, deberíamos ir a comer helado—Dijo Satoru mientras jalaba levemente la correa de Kitty.

—Por mi esta bien —Dije tomando su mano.

En estos últimos años he Estado mucho tiempo con Satoru, y es alguien a quien amo mucho. Se ganó mi corazón, y puedo decir que estando lejos de donde vivíamos antes, puedo estar más tranquilo.

Kioto me recibió con las puertas abiertas. El Internado no fue el mejor, pero estando con Satoru todo fue tan diferente. Aunque al principio el me hacía maldades, puedo decir que ahora no me importa.

Llegamos a la heladería y pedimos nuestros sabores favoritos, y uno pequeño para nuestra linda Kitty, y se que puede sonar raro, pero a ella le gusta el helado. De cierta manera la muchacha que nos atendió se quedó viendo raro a Kitty, la cual disfrutaba su helado sin problemas.

—Sabes, creo que estas son las cosas que engordan a Kitty—Dijo Satoru mientras veía a nuestra niña.

—Sabes... Siempre me pregunté, ¿Que será de la vida de Kotaro?. —Dije mientras veía a Satoru.

—Bueno, el y yo debes en cuando hablamos, y pues, el está casado con Ash... Y al parecer adoptaron a un niño, bueno, eso es lo que he visto en sus redes sociales—Dijo mientras rascaba su nuca.

—Me alegro por el, si quería ser feliz con Ash, pues lo logró. Yo ya no siento nada por el, cuando tengo a la persona que más amo al frente de mi, y una niña glotona—Dije mientras reía.

Satoru se contagio de mi risa, estaba muy feliz por está parte de mi vida. Era feliz, lo tenía todo, y no podía pedir más. Siempre estuve detrás de Kotaro sin darme cuenta de que no estábamos hechos para estar juntos, pero tampoco pensé que mi media naranja fuera Satoru.

Después de comer helado nos fuimos a casa, y cuando llegamos a está Kitty nos reclamaba comida. La cual le dimos y nos fuimos a dormir. Me bañe junto a Satoru y ambos nos acostamos.

—Sora... Cariño... —Dijo Satoru mientras se acomodaba a mi lado.

—Que pasa amor? —Dije viéndolo con algo de sueño.

—Hace mucho que no sacamos tiempo para nosotros, no crees que deberíamos... Tener un poco de intimidad—Dijo mientras se acercaba a mi y me empezaba a besar el cuello.

—Ahora no, estoy cansado... —Dije mientras intentaba separarlo.

—Pero hace más de dos semanas que no hacemos nada...

—Si sigues así  vas a dormir con la gata—Dije mientras lograba quitarmelo de encima.

—Bueno, pero no puedes hacer una excepción hoy?... —Dijo haciendo un puchero.

—Toma tus cosas y te vas a la sala—Dije mientras me sentaba en la cama y cruzaba los brazos.

—No puedes hacer eso! —Dijo mientras se sentaba en la cama.

—¡Si puedo!, la gata duerme en la Sala en lo que le remodelamos su habitación , así que no estarás solo—Dije mientras le tiraba una almohada.

Satoru aceptó con una cara triste y se fue a la sala. Yo me acomode en la cama, pero se sentía extraño. Todas las noches duermo abrazado de Satoru, pero está vez si me pase. Bueno, no es que antes lo haya mandado a dormir con la gata, si no que está vez se lo tomó muy encerio.

Salí de la habitación hasta la sala, ahí estaba Satoru acostado en el sillón, y al lado de este estaba Kitty. Pase sigilosamente y me metí en sus brazos, Satoru se despertó algo asustado.

—¿Sora?, ¿Que haces? —Dijo mientras me agarraba de la cintura.

—Estoy acostumbrado a ti, y sabes, no puedo dormir sin ti—Dije mientras nos tapaba con la sabana que estaba en el sofá.

—Bueno, sabía que harías eso, no es la primera vez que lo haces, crees que no me daría cuenta? —Dijo Satoru mientras olía mi cabello, sentí el calor subirse a mi cara—Pero me gusta, ya que me encanta estar cerca de ti, y oler tu cabello.

—Tonto... —Dije mientras me volteaba y me escondía en el pecho de Satoru.

Ambos nos quedamos juntos y abrazados en el sofá. Kitty en algún momento se metió entre nosotros y también se quedó dormida. Pero aún así, caímos profundamente dormidos.

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~ 𝔼𝕟𝕒𝕞𝕠́𝕣𝕒𝕥𝕖 𝕕𝕖 𝕞𝕚 ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora