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—¡Harry James Potter!.

—¡Te juro que yo no fui tia!.

—¡Te voy a asesinar!.

Y comenzó a corretearlo por toda la casa, el menor completamente asustado y la más grande hecha una completa furia, ya había pasado exactamente una semana desde que el Potter menor llegó a vivir a su casa, lo que ella realmente agradaba de el era que era muy servicial, y sobre todo, siempre la acompañaba a hacer el super o hacía las tareas del hogar.

Lo que no le gustaba y una de las razones por las cuales ahora lo estaba persiguiendo era que se había comido la última caja de galletas que quedaba, justamente eran las favoritas de la Potter, y es por eso que no descansaría hasta atraparlo.

—¡Ven aquí Potter!.

—¡Piedad tia!.— gritó asustado.

Duraron así unos minutos, después se encontraban sentados en la mesa del comedor, donde los dos estaban a una distancia prudente, la primera en hablar fue la mujer.

—Harry James Potter, esto no puede seguir así.

—Alya Potter, tu tienes la culpa.

Ella elevó una ceja.— ¿Mi culpa?.

—Si, para qué tienes galletas si no vas a querer compartir.

Hizo la finta de querer darle un golpe, por lo que el rápidamente se cubrió.— Estos niños de hoy en día, aún recuerdo cuando me tenías respeto.

La abrazó y rió.— Prometo no volver a comerme tus galletas sin permiso.

—Más te vale, ya tenía pensado enviarte a dormir a la calle.

—No serías capaz de mandar a tu único sobrino a la calle.

—Pruebame.

Ambos rieron, sabian que ese humor que manejaban no muchos lo entenderían, pero ellos se llevaban de esa manera, y era agradable, por que no había formalidades entre ambos, y a Harry le agradaba que su tia fuera tan despreocupada.

Escucharon la puerta ser tocada, a lo que la mujer fue a atender, al abrir la puerta casi se ahoga con su propia saliva.

Frente a ella se encontraba en apuesto doctor rubio que rondaba en su cabeza últimamente, en sus manos llevaba un ramo de flores bastante colorido y su sonrisa tan coqueta.— Buenas tardes, señorita Alya.

—Carlisle.— habló a duras penas, cerrando la puerta detrás de ella.— ¿cómo sabes dónde vivo?.

—Mi hija me dio tu dirección.

Maldita Alice.

—Lamento mucho lo del otro día.— habló sacándola de sus pensamientos, a lo que ella negó.— te he traído unas flores, espero te gusten.

—Son muy lindas, realmente me gustan.— las olió unos segundos, y sonrió.— Gracias, Carlisle.

El la observó por unos segundos, apreciando cada detalle de su rostro, admiraba como las facciones marcadas de la mujer eran tan precisos, como si hubieran sido hechos para la medida de ella, como sus ojos verdes la miraban a el con cariño y con algo de curiosidad, sus labios gruesos que eran cubiertos por una capa de labial rojizo y su cabello rubio que caía sobre sus hombros.

Era la mujer perfecta ante sus ojos.

—¿Quieres pasar?.— preguntó ella tímidamente.

—Estaría encantado de hacerlo.

Una vez que entraron ambos a la casa, el rubio se pudo dar un paso visual sobre la decoración en su hogar, tomando asiento como indicó la mujer, los sillones eran muy cómodos y sobre todo, se sentía tan cálido estar ahí que por un momento olvidó que ya no era humano.

—¿Te ofrezco algo de tomar?.

—No gracias, estoy en una dieta estricta.

Y cuando iba a hablar, ambos escucharon la voz del adolescente en la casa, la rubia rodando los ojos y el rubio mirando con curiosidad la nueva presencia.

—Tia Alyaaaaa.— llamó el adolescente.— tengo hambre.— se calló al instante al ver al hombre sentado.

—Harry, el es Carlisle Cullen.— presentó con una sonrisa forzada.— Carlisle, el es mi sobrino, lamentablemente.

Harry se quejó ante lo último.— Es un gusto conocerlo, señor Cullen.

—Lo mismo digo, Harry.

—¿Qué intenciones tiene con la vieja loca?.— recibió un golpe fuerte en la nuca, sacándole una risa al rubia.

—¡James Potter!.

—Perdoname.

—De hecho, Harry, si me lo permites.— habló el vampiro llamando su atención.— si me lo permites, quiero invitar a tu tia a salir conmigo.

—Es una broma Harry, no le creas.

—No lo es.— negó aquella afirmación que ella dijo.— quiero tomarme el tiempo de conocerte mejor, me has llamado la atención bastante, Alya Potter, que no hay día en el que no pueda dejar de pensar en ti. Y si no te gusta la salida que tendremos el día de mañana, dejaré de insistir y no te molestaré.

Harry balbuceaba levemente, pues no sabía que decir, por el otro lado, Alya estaba roja completamente, nunca había enfrentado aquella situación y por ende, nunca la habían invitado a salir de aquella manera.

Se sentía rara, pero en el sentido del bueno, eran emociones nuevas que no había sentido desde hace 10 años, estaba completamente nerviosa, sentía ganas de llorar y no salían las palabras de su boca.

—Alya, ¿quisieras salir el día de mañana a cenar conmigo?.

Harry la miraba expectante, por que sabía que ella siempre rechazaba a todos los que la intentaban invitar a salir, y por eso nunca había experimentado aquello (técnicamente si, ya que prácticamente su última relación fue hace diez años, pero quien lleva la cuenta).

Tras unos minutos de silencio, dio su respuesta.

—Claro que acepto, Carlisle.

Y Harry se desmayó ante esa respueta.

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BUEEEEEEEENAAAAAASSSSS

He vuelto a aparecer, lo sé, lo sé andaba muy muerta, pero tengo buena justificación

Ando malita, tengo una infección horrible en la garganta y eso hace que esté muy decaída y no tome el celular, pero ahora no podía dormir y me puse a escribir, asiq

Espero que les haya gustado este capítulo, yo sé que se preguntan el como se está desarrollando esto, asi que les voy a comentar un poquito

La historia de Carlisle y de Alya está desarrollándose antes de la llegada de Isabella Swan, por lo que los primeros 15-20 capítulos serán dedicados a ellos y su crecimiento como relación, ya después poco a poco integraré las películas y base a ellos unas cosas del mundo mágico de HP.

Nos leemos pronto!.

X_Potter1990.

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐄, 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍 ¦ 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐈𝐒𝐋𝐄 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora